Los coletazos de la “última jugada maestra” de Ernesto Macías

La oposición, cada vez más organizada y fortalecida, seguramente no apoyará proyectos como la “Ley Andrés Felipe Arias” que busca la doble instancia con retroactividad para aforados que fueron condenados en una sola instancia como le sucedió al exministro de Agricultura, defendido “con la mano empuñada” por el uribismo.

La frase del hoy expresidente del Senado de la República, Ernesto Macías, para sabotear la intervención de la oposición al Gobierno nacional, creyendo que el micrófono estaba cerrado, no sólo causó mucho malestar entre los partidos no afectos al presidente Iván Duque, sino que tuvo varias repercusiones.

La primera: Macías con su actuar sacó el repertorio de aquello que la gente odia de los políticos: el tono revanchista, personalista, vengativo. Afortunadamente, hay una nueva generación de políticos, y muchos otros experimentados, que no actúan de esa manera.

Y no tiene nada que ver con su escasa formación académica, pues muchos colombianos, que por disímiles circunstancias de la vida no lograron avanzar en sus estudios de cualquier área, se caracterizan por ser verdaderos señores, en todo el sentido de la palabra: Respetuosos, bondadosos, alejados de las egolatrías y solidarios; de esos hay por montones y conocemos miles.

Otra consecuencia: Macías se le atravesó al presidente Duque en su intención de posicionar en la agenda mediática sus logros del primer año. Desafortunadamente, para el Gobierno la noticia fue la “pilatuna” de su alfil y no las propuestas de la agenda nacional expuestas por el jefe del Estado en su discurso -coreado por un sector-. Habló de cadena perpetua para violadores, fumigación con glifosato, confrontación con el Eln, estado de las relaciones con Venezuela y nuevo proyecto anticorrupción. Todos esos temas quedaron engavetados cuando se filtró el audio de “la última jugada” del saliente presidente del Congreso.

Esa rabia generada a partir de la actitud de Ernesto Macías automáticamente va a tener coletazos en la agenda legislativa. La oposición, cada vez más organizada y fortalecida, seguramente no apoyará proyectos como la “Ley Andrés Felipe Arias” que busca la doble instancia con retroactividad para aforados que fueron condenados en una sola instancia como le sucedió al exministro de Agricultura, defendido “con la mano empuñada” por el uribismo. La legislatura será un ring de polarización porque los ánimos están muy acalorados.

Por estos días, luego del incidente en el Capitolio Nacional el pasado 20 de julio, a Ernesto Macías le recordaron todas las “jugadas” de su accidentada presidencia; desde su discurso de posesión, dedicado a desprestigiar al gobierno de Juan Manuel Santos, hasta la intención de acallar, utilizando su poder, a la líder estudiantil Jénnifer Pedraza, con la frase “termine niña, tiene 30 segundos”. Será, ingratamente, recordado también por la placa instalada en el Congreso en homenaje a su jefe el expresidente Uribe; acto convertido en el peor ejemplo de lo que muchos colombianos llaman en la calles “el soba chaquetismo puro”.

REDACCIÓN EDITORIAL

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