Dejarse provocar por Maduro no es el camino

Como todos los dictadores que el mundo ha conocido, Nicolás Maduro es agresivo, autoritario, impulsivo, no admite contradictores y siempre se ha referido en malos términos al Gobierno de Iván Duque en una relación matizada por los cruces de descalificaciones entre la Casa de Nariño y el Palacio de Miraflores.

El inicio de ejercicios militares ordenados por el régimen de Nicolás Maduro aparecieron como un nuevo ingrediente entre las ya viejas tensiones con el Gobierno de Colombia. Aunque previsible este clima de tensión, dada la acusación de Colombia a Maduro de dar amparo, con el propósito de desestabilizar, a grupos disidentes de las Farc y al Ejército de Liberación Nacional (Eln).

El régimen madurista desplegó tres mil militares a lo largo de varios Estados como Zulia, Táchira, Apure y Amazonas. Estos territorios se extienden por 2.219 kilómetros de frontera compartida entre los dos países. Dichos ejercicios irán hasta el 28 de septiembre, según afirmó el gobierno venezolano. Maduro justificó sus actuaciones en una supuesta “amenaza de agresión de Colombia contra Venezuela” y decretó la “alerta naranja”.

Coincide esta declaratoria de ejercicios militares con un informe de la existencia de documentos clasificados de la inteligencia militar venezolana que dan cuenta de un plan del régimen para proteger guerrilleros por parte del Ejército y brindarles entrenamiento militar y abastecimiento de armas.

Como todos los dictadores que el mundo ha conocido, Nicolás Maduro es agresivo, autoritario, impulsivo, no admite contradictores y siempre se ha referido en malos términos al Gobierno de Iván Duque en una relación matizada por los cruces de descalificaciones entre la Casa de Nariño y el Palacio de Miraflores.

A toda costa, el Gobierno colombiano deberá evitar caer en las provocaciones y en la rabia que producen las palabras incendiarias del régimen madurista, así cuente con el respaldo de potencias como Estado Unidos. Tenemos mucho problemas internos y una confrontación armada solo dejaría más desolación y pobreza. De eso, están cansados los venezolanos.

REDACCIÓN EDITORIAL

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