Corrupción en América Latina

Pero, definitivamente, el mayor acierto será elegir a los más capaces, con vocación de servicio y con la convicción de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos para que la sociedad supere el atraso y avance a mejores niveles de desarrollo.

La corrupción sigue siendo uno de los peores males de América Latina. Parte del atraso de los países de esta parte del Hemisferio Occidental se debe a este fenómeno creciente, que poco o nada han hecho los gobiernos por erradicar.

Transparencia Internacional acaba de revelar los resultados de la 10.º edición del Barómetro Global de Corrupción para América Latina y el Caribe 2019. Esta organización, líder en la lucha contra la corrupción, encuestó a más de 17 mil ciudadanos en 18 países de la región, entre los meses de enero y marzo de 2019. Considera Transparencia Internacional que la corrupción no permite el desarrollo económico y vulnera los derechos de los ciudadanos por la falta de integridad política de los gobernantes.

Según el Barómetro Global, el país que presenta la mayor percepción de corrupción es Venezuela. El 87% de los ciudadanos consultados así piensan. Entre tanto, en Colombia el 52% sostiene que la corrupción aumentó en los últimos 12 meses; el 57% afirma que el Gobierno está haciendo un mal trabajo en la lucha contra la corrupción y el 78% cree que sufrirá represalias si denuncia un caso de corrupción. A su vez, Colombia es el segundo país de la región donde los ciudadanos piensan que la corrupción en el Gobierno es un problema; el 94% de los connacionales así lo considera.

Otra consecuencia de la corrupción es que destruye la confianza ciudadana en los Gobiernos. La encuesta advierte bajos porcentajes de confianza en el Gobierno, los tribunales y la policía de cada uno de los países de América Latina y el Caribe. En la tabla, los presidentes, los primeros ministros y los parlamentarios, son los más corruptos; seguidos por los empleados públicos, concejales, policías y jueces y magistrados. Así mismo, uno de cada cuatro ciudadanos afirmaron haber recibido sobornos a cambio de votos.

Aunque pareciera, no todo está perdido. Según Transparencia Internacional, miles de ciudadanos, especialmente jóvenes, quieren hacer la diferencia. Para hacer frente a esta tragedia, la propia organización propone fortalecer las instituciones judiciales, empoderar a las personas, sociedad civil y medios de comunicación para que denuncien casos de corrupción y perder el miedo a denunciar. Pero, definitivamente, el mayor acierto será elegir a los más capaces, con vocación de servicio y con la convicción de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos para que la sociedad supere el atraso y avance a mejores niveles de desarrollo.

REDACCIÓN EDITORIAL

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