Daniel Ricardo García Castillo es un ingeniero civil de 29 años que se hizo, tristemente, célebre por ser el único candidato a una Alcaldía en el Tolima capturado horas antes del día de las elecciones regionales.
De la mano de su padre, el exparlamentario Gonzalo García Angarita, condenado por parapolítica -y quien pagó su condena-, había empezado una promisoria carrera política. Fue director de Planeación Departamental en el presente Gobierno de Óscar Barreto. Luego, se lanzó a la Alcaldía de Valle de San Juan, donde su padre ha mantenido la hegemonía por varios periodos.
A pocas horas de ser elegido como alcalde, Daniel Ricardo García Castillo fue capturado, acusado de corrupción al elector. En la audiencia de imputación de cargos, que se adelantó mientras sus seguidores votaban por él en Valle de San Juan, la Fiscalía presentó pruebas relacionadas con entrega de materiales de construcción y otras dádivas con el fin de “torcer” la voluntad de los electores.
También reveló unas interceptaciones y audios que advierten un posible entramado de compra de votos a favor de García Castillo y candidatos a alcaldías de otros municipios.
Así García Castillo terminó imputado por corrupción al sufragante, concierto para delinquir y siendo el peor ejemplo de esa politiquería que la gente odia, que la gente aborrece, porque corrompe conciencias.
Daniel García tiene dos meses para rebatir las pruebas que tiene la Fiscalía. Mientras tanto es incierta también la suerte del exparlamentario Gonzalo García, uno de los alfiles principales de la organización que creó y orientó el expresidente del Senado Luis Humberto Gómez Gallo. Mucho se dice, esperemos las pruebas.
Comentarios