ace 30 años, el muro de Berlín era una estructura infranqueable convertida en el símbolo de la Guerra Fría. Dividía a Alemania en dos países: la RFA Occidental y la RDA (Oriental). Tenía también otra connotación en la geopolítica; dividía el mundo en dos: el bloque de los países alineados con la Otan -liderado por Estados Unidos- y el del Pacto de Varsovia -de la Unión Soviética y sus países aliados.
En 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los países vencedores -Estados Unidos, Francia, Reino Unido y la Unión Soviética- decidieron repartirse la Capital alemana.
En 1949 se fundó la República Democrática Alemana o Alemania Oriental, con capital en Berlín y de filiación comunista. También se erigió la República Federal Alemana o Alemania Oriental, la capital era Bonn y de filiación capitalista. La división se extendió hasta la reunificación en 1990; es decir, un año después de la caída del muro.
En 1985 Mijaíl Gorbachov, llegó al poder en la Unión Soviética e impulsó la Pereztroika; una serie de reformas para cambiar la economía y las relaciones con Occidente. El mundo empezó a cambiar y la otra poderosa nación empezó su caída en picada. Vinieron, entonces, los gritos independentistas de los aliados y con ello el colapso del Bloque Socialista.
También llegó la migración de miles de germanos de la Alemania Oriental, con una economía maltrecha, a la próspera Alemania Occidental. En la noche del 9 a la madrugada del 10 de noviembre de 1989 cayó el símbolo de la Guerra Fría: el muro de Berlín o muro de la infamia, como muchos lo calificaron.
Con la caída del muro, vino la reunificación alemana y la implementación de una economía capitalista y un sistema político ultra derechista. Alemania, en sin lugar a dudas, una potencia mundial en muchos campos. Es líder de la Comunidad Europea y como cualquier sistema también tiene problemas relacionados con las desigualdades sociales entre ricos y pobres. Así se rige el sistema.
Treinta años después de la caída del muro de Berlín, cambiaron las relaciones de poder, el socialismo ha enfrentado profundas crisis sociales y económicas. El capitalismo, innegablemente ha avanzado y se ha consolidado en el mundo con el liderazgo de Estados Unidos. También han aflorado nuevos desafíos para la humanidad.
Muchas tareas dejó pendientes la generación que derrumbó el muro de Berlín a las generaciones siguientes. Depende de cómo éstas asuman sus responsabilidades históricas, marcharán las cosas en Europa, Occidente y el planeta, ese que hoy anhela una sociedad más respetuosa, equitativa y amable con la naturaleza.
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