El anunciado paro armado del Eln

Campesinos, especialmente del Sur del Tolima, hablan, en voz baja y al oído, de reuniones y posible reclutamiento de menores.

Utilizando una herramienta muy eficaz en estos tiempos, las redes sociales, el Ejército de Liberación Nacional (Eln) anunció un paro armado que comienza hoy a las 6 de la mañana y termina a la misma hora del lunes 17 de febrero. Es obvio que ha generado zozobra y miedo entre los colombianos; entre otras razones porque ha sido la intimidación y violencia, los mecanismos utilizados por esa guerrilla para causar pánico.

Aunque esa organización al margen de la ley opera, principalmente, en los santanderes y Arauca, ha demostrado que puede extender su accionar terrorista a otras regiones. Todos recordamos con dolor, el triste episodio del carrobomba que explotó en la Escuela de Cadetes General Santander de la Policía en Bogotá, donde masacraron a más de 20 jóvenes de esa Institución, hace un poco más de un año. Fue esa acción desalmada la que acabó con los diálogos exploratorios que se venían adelantando en Cuba con representantes del gobierno del presidente Duque.

El Eln ha sido una guerrilla arisca, esquiva, desconfiada. Son incontables los múltiples ataques al oleoducto Caño Limón. Tampoco ningún gobierno se ha ocupado de reducirla militarmente y por eso, aunque los organismos de seguridad del Estado no lo reconozcan, ese grupo insurgente controla e impone su ley en al menos tres departamentos de Colombia y en otras regiones del país.

El propio presidente Duque, ante la amenaza del paro armado, ha expresado que no hay que ceder al chantaje y ha convocado a los colombianos a estar unidos y a denunciar cualquier accionar de esas organizaciones durante este fin de semana. Todos los colombianos de bien debemos estar al lado de las instituciones del Estado, apoyando a las Fuerzas Militares en su propósito de brindar seguridad y tranquilidad.

Al Eln ya se sumó el Epl. El temor en un departamento como el Tolima es la aparición de nuevas disidencias de las extintas Farc que quieran sumarse al paro. Campesinos, especialmente del Sur del Tolima, hablan, en voz baja y al oído, de reuniones y posible reclutamiento de menores. Un fenómeno que las autoridades deben neutralizar pronto. Que el fin de semana transcurra con absoluta normalidad y tranquilidad es el pedido de todos los colombianos. Esperemos que así sea.

EL NUEVO DÍA

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