Por la protección de la vida

Unas alianzas de la Alcaldía municipal con el sector privado, las universidades y los medios de comunicación podrían ser útiles para presentar propuestas de solución a los problemas de seguridad vial que enfrentamos en la ciudad.

Es muy preocupante el número de accidentes de motos en Ibagué. Por diferentes razones, con 123 mil motos que diariamente circulan, enfrentamos una realidad que deja gran dolor en muchas familias ibaguereñas. 

Transitar en moto, de por sí, es una actividad de mucho riesgo para conductores y motociclistas, estos últimos, con pocas defensas ante las colisiones en el tránsito. La moto es un medio de transporte  muy usado por su bajo costo, economía en el mantenimiento, agilidad para transportarse y porque ocupa poco espacio. 

Son sencillas de operar y, por eso, los motociclistas, en muchos casos, por falta de experiencia y control, desestiman el riesgo, ignoran las normas de tránsito, conducen sin precaución, en zigzag y con exceso de velocidad.

Pero, el problema es mucho más complejo: Falta mantenimiento en las vías; los huecos, que a veces son invisibles, causan accidentes; los reductores de velocidad necesitan señalización y mantenimiento; hay poco respeto de los peatones, conductores de carros y buses por las motos y bicicletas; son pocos los puestos de control de velocidad y existen otras condiciones de riesgo que se deben revisar para asegurar mayor protección. 

También se requiere más sensibilidad entre los conductores frente a la atención a peatones, motos y ciclistas en las calles.

Los andenes en Ibagué parecen hacer parte de una carrera de obstáculos. 

No han sido pensados para una circulación segura, sino que se han hecho según el gusto de los dueños de las viviendas, sin uniformidad en los niveles o los materiales. Sin andenes, los peatones, especialmente personas mayores y quienes tienen problemas de movilidad, deben circular por la calle, con el riesgo que esto implica frente a las motos y otros vehículos.

Rechazamos las pérdidas de vidas en las calles y carreteras de Ibagué y el Tolima. Debemos entender que si bien el problema es de todos, peatones y conductores, la Administración municipal y departamental tienen la responsabilidad de tomar medidas preventivas, de educación ciudadana y de control permanente. Necesitamos un plan de seguridad vial integral pensado para la protección de vidas. 

Unas alianzas de la Alcaldía municipal con el sector privado, las universidades y los medios de comunicación podrían ser útiles para presentar propuestas de solución a los problemas de seguridad vial que enfrentamos en la ciudad. Deben ser programas permanentes y masivos de educación, prevención y atención inmediata a los accidentes.

EL NUEVO DÍA

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