¿Nueva oportunidad de paz con el Eln?

Solo quienes viven en esas regiones donde opera saben que después de superar el coronavirus deben sobreponerse a los años de violencia que han padecido.

Quienes pensaron que la pandemia del coronavirus sólo estaba asociada a tragedias, a desolación, al miedo; sucedió un hecho que no ha tenido tanta difusión porque las pantallas de los portales de los medios están colonizados diariamente por las noticias asociadas al Covid-19.

Un año después de su última tregua y con el diálogo congelado con el Gobierno del presidente Iván Duque, el Ejército de Liberación Nacional Eln decretó un alto el fuego unilateral “activo”, por un periodo de un mes por el coronavirus. La tregua de esta, la última guerrilla de Latinoamérica, entró en vigor esta madrugada del primero de abril y se extenderá hasta el último día del mes; aunque el grupo armado se reserva el “derecho” a defenderse si sus columnas son “atacadas”.

El grupo al margen de la ley justificó su decisión como respuesta a la petición realizada por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien hizo un llamamiento a suspender todas las guerras y conflictos del mundo para que gobiernos y grupos armados pudieran concentrar todos sus esfuerzos en la lucha contra el virus y en evitar más muertes de las miles que ya se produjeron en el mundo por el avance vertiginoso de la pandemia.

El Eln aprovecha el anuncio de tregua para pedir al presidente Duque que se retomen las negociaciones de paz entre el gobierno y los representantes de la organización terrorista que se encuentran en Cuba. El mandatario suspendió el diálogo después de la camioneta bomba del 17 de enero del año anterior contra la Escuela de la Policía Nacional de Bogotá, que le costó la vida a 22 cadetes y dejó a otros 66 heridos.

Para retomar los diálogos, el presidente Duque ha exigido que primero esa guerrilla libere a todos los secuestrados y que cese todas las acciones terroristas, que en un año no han sido pocas. Esta ha sido una organización al margen caracterizada por la beligerancia, despiadada en muchas de sus acciones y con una marcada dependencia económica del narcotráfico. Esperemos que esta sea una valiosa oportunidad por un nuevo acercamiento y por qué no un nuevo proceso conducente a la paz con el Eln. Sólo quienes viven en esas regiones donde opera saben que después de superar el coronavirus deben sobreponerse a los años de violencia que han padecido.

EL NUEVO DÍA

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