¿Y los bancos? Bien, muchas gracias!

Afortunadamente, los banqueros están a tiempo; porque como lo ha repetido, una y otra vez, el propio presidente Duque “esto apenas comienza”.

La Asociación Bancaria y de Entidades Financieras Asobancaria decidió retirar la demanda contra la sobretasa a la renta. El artículo 92 de la Ley de Crecimiento Económico obliga al sector financiero a pagar una sobretasa en el impuesto de renta de cuatro puntos adicionales, a partir del presente año y hasta el 2022. Sólo el presidente Duque pudo convencer a los banqueros que esos 700 mil millones de pesos que según el Ministerio de Hacienda se van a recaudar este año, se necesitan con urgencia para atender las necesidades billonarias que va a dejar el paso arrollador del coronavirus por el territorio colombiano.

En la práctica, fue el único gesto solidario que le hemos visto a los cada vez más ricos y fortalecidos banqueros colombianos, a quienes el interés mezquino de “forrarse en billete” no les ha permitido condolerse con millones de usuarios del sistema que en esta emergencia necesitan de la misma mano que les tendieron hace más de dos décadas, cuando se aprobó ese embeleco del 4x1.000. Y es que no pueden haber pelechado más: sólo el año pasado el sistema financiero obtuvo ganancias por 13,1 Billones de Pesos, con mayúscula.

Los esperanzadores alivios en los créditos anunciados días atrás, para tirarle un “salvavidas” a los preocupados deudores se quedaron en anuncios de buenas intenciones. Fue muy fácil enredar con la estrategia de quien nada quiere perder: “Ahora no les vamos a cobrar, pero espere que en unos meses, de todas maneras nos tienen que pagar; porque no les vamos a rebajar nada”. Así de sencilla es la tal refinanciación prometida para quienes la necesiten.

Afortunadamente, quedó prohibida la capitalización de intereses durante la emergencia, porque también la hubieran cobrado los indolentes banqueros. Miles piden el congelamiento de los intereses de las deudas por un tiempo moderado mientras “sacan la cabeza” de la tragedia económica que ya viven. Los bancos ya dijeron que eso es imposible; sencillamente, porque no están dispuestos a compartir un centavo de sus abultadas ganancias, logradas con la generosidad de millones de colombianos.

Nadie está diciendo que no hay que pagar. En absoluto. Simplemente hoy más que nunca se necesita la generosidad de sectores que mantienen holgura económica como el financiero. El problema para muchos empieza a ser de hambre y ahí es donde debe aparecer la mano desprendida para ayudar. No debe olvidarse que cuando esto pase, van a necesitar de los empresarios para seguir fortaleciéndose. Afortunadamente, los banqueros están a tiempo; porque como lo ha repetido, una y otra vez, el propio presidente Duque “esto apenas comienza”. Tengamos fe, aún se pueden reivindicar con ayudas reales; tan reales como sus poderosas chequeras.

EL NUEVO DÍA

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