Ayer se celebró el Día de la Madre en Colombia y en muchos países del mundo. Es un día en el que se recuerdan a las madres y abuelas por cuanto ellas representan en la vida de las familias, por su amor incondicional y ayuda permanente. En muchos casos también se reconoce hoy a los hombres y mujeres que han hecho el esfuerzo de cuidar, apoyar, orientar a alguien en sus procesos de desarrollo o a quienes han actuado “como una madre” para tantos, en otros momentos de la vida.
Más especial aún es el hecho de que las madres tendrán doble celebración este año. La mayoría de ellas recibió ayer un regalo virtual. Hubo muchas serenatas en línea, video llamadas, viajes virtuales, conferencias sobre temas de interés para ellas, minicursos y otras iniciativas creativas de las que se han preparado en razón al aislamiento social. Naturalmente, hubo un incremento considerable en el comercio electrónico y los domicilios.
La segunda celebración, la presencial, la social, la comercial, se llevará a cabo en el segundo semestre, en una fecha aún no definida, por solicitud de Fenalco y otros gremios ante el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Será la conmemoración tradicional de los regalos, almuerzos en los restaurantes, rumbas y viajes, cuando el comercio se haya reactivado.
El mes de mayo también constituye un momento propicio para reconocer a tantas madres, generalmente mayores, que viven solas, y no cuentan con redes de apoyo directo e inmediato. Son personas que pueden requerir ayuda para abastecerse durante el confinamiento o atención en salud domiciliaria. Habrá muchas que no cuentan con una pensión, dependen de sus trabajos informales y, posiblemente, tampoco reciben las pequeñas ayudas del Gobierno; naturalmente no tienen conexión a Internet y muchas viven con algún tipo de discapacidad o impedimento para movilizarse.
En la actualidad, en Colombia son más de seis millones, el 13% de la población del país, las personas mayores de sesenta años y el número va en aumento. Alrededor de la mitad de ellas viven solas o con sus parejas. El Tolima debe visibilizar a quienes requieren atención del Estado y acompañamiento ciudadano, no solo este mes o durante el confinamiento sino todos los días del año. Es tarea de los gobiernos seccionales, vecinos, administradores de conjuntos cerrados, comprometerse a crear o fortalecer redes de apoyo comunitario, para valorar, acompañar y proteger a aquellas personas mayores, solas, que demandan y merecen reconocimiento y protección de la sociedad.
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