La UT en sus 75 años

Ahora viene la Universidad del Tolima del futuro; con un alto componente tecnológico para llegar a muchos más rincones del Tolima con oferta de programas pertinentes.

En medio de la pandemia y apelando a herramientas virtuales, la Universidad del Tolima celebró 75 años de fundación, de historia, de aportes al conocimiento y a la formación de numerosas generaciones de tolimenses y colombianos.

Hace aproximadamente tres meses, cuando apenas empezábamos a pellizcarnos para conjurar una pandemia que podía llegar, el rector del Alma Máter, Ómar Mejía Patiño, anunciaba la esperada noticia: luego de años, quizás décadas de afrontar inconvenientes económicos, la UT lograba sanear sus finanzas y con ese logro cumplido podría avizorar nuevos desafíos enmarcados dentro de la modernización del máximo centro de formación superior de los tolimenses.

Fueron contundentes, en ese sentido, los aportes del exgobernador Óscar Barreto, quien demostró que cuando se tiene la decisión y la voluntad política, es mucho lo que los gobernantes pueden hacer por obras aplazadas por muchas  décadas en un territorio como El Tolima.

Hoy, la UT cuenta con más de 20 mil estudiantes.  -llegó a tener unos 36 mil hace menos de 10 años- y buena parte de sus programas de formación superior ya lograron la Acreditación de Alta Calidad.

Esta celebración de los 75 años fue especial. Primero, porque no hubo la acostumbrada ceremonia de otros años y segundo porque el momento es crucial en materia de sostener el número de estudiantes a quienes el Coronavirus también los aisló de la posibilidad de acceder a plataformas digitales; porque viven en zonas apartadas o porque no tienen los recursos necesarios; así la universidad haya hecho esfuerzos financieros importantes para dotarlos de paquetes tecnológicos.

Ahora viene la Universidad del Tolima del futuro; con un alto componente tecnológico para llegar a muchos más rincones del Tolima con oferta de programas pertinentes; con muchos más programas acreditados y más equipos de investigación; con posgrados en distintas áreas a precios asequibles; con nuevas propuestas como el exitoso Hospital Veterinario; con centros de pensamiento y debate; con nuevos aportes económicos de los gobiernos de turno que respeten la autonomía universitaria en la toma de decisiones; sin encapuchados anacrónicos que siembren miedo entre la comunidad universitaria; en fin, con el parque Ducuara lleno de tertulia, de encuentros casuales y de estudiantes ávidos de conocimiento.

EL NUEVO DÍA

Comentarios