Parques y escenarios deportivos

Si no se hace así, en un esfuerzo conjunto, el desgaste es inevitable; las comunidades dejarán de usarlos y el espacio lo cubrirán personas o actividades que pueden afectar de forma negativa a los vecinos.

Van en aumento las quejas de las comunidades por el deterioro de los parques que, con esfuerzo y una inversión alta de los impuestos de los ibaguereños, dejó la Administración anterior. Fueron más de 250 parques biosaludables los que se dieron al servicio; también se intervinieron con limpieza, recuperación vegetal y mantenimiento los más de quinientos que hay en Ibagué.

La gente está molesta porque, en muchos de estos casos, los ciudadanos por primera vez contaban con un parque. Entendieron y disfrutaron de este sitio de encuentro y sus opciones de esparcimiento. Supieron lo que significaba contar con un lugar para los juegos de los niños, para caminar y hacer gimnasia, donde antes, en muchos casos, había un lote abandonado e inseguro para todos. Vivieron el parque como un espacio necesario para la salud física y emocional de chicos y grandes.

Los parques generan calidad de vida para los ciudadanos, pero también se desgastan: el clima, el mal trato de los usuarios y el paso del tiempo deterioran cualquier instalación, parque o mobiliario urbano. De ahí que su mantenimiento y el de los escenarios deportivos deba ser permanente, bajo el cumplimiento estricto de revisiones programadas cada cierto tiempo. De esta manera se identifican riesgos posibles en las áreas de juegos y gimnasia, en los senderos para los caminantes, en la estabilidad de las estructuras de los escenarios deportivos y se evitan accidentes que pueden ser costosos para todos.

Es responsabilidad de la Administración municipal elaborar un plan de mantenimiento preventivo para los parques de la ciudad. La Alcaldía debe tomar en cuenta los reclamos de los deportistas y la ciudadanía en general, y actuar con eficiencia. Las comunidades, que hacen uso de ellos, podrían participar en su preservación y contacto con la Alcaldía. No es difícil. Con la participación de la junta de Acción Comunal se podría crear una especie de comité de apoyo al parque del barrio, integrado por vecinos, dueños de negocios, niños, mayores, colegios y cuantos quieran unirse para cuidar y defender lo suyo.

Si no se hace así, en un esfuerzo conjunto, el desgaste es inevitable; las comunidades dejarán de usarlos y el espacio lo cubrirán personas o actividades que pueden afectar en forma negativa a los vecinos. No es la mejor estrategia la de esperar a que los parques se deterioren y que la gente, con razón, proteste.

EL NUEVO DÍA

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