Los excesos policiales terminan por golpear a la misma institución

Situaciones como estas borran en la recordación de las personas el gran trabajo que viene realizando esta institución en la entrega de ayudas y alimentos a los más necesitados en todo el país.

La agresión de que fue objeto un anciano vendedor ambulante en Bogotá a manos de varios agentes de policía nos lleva a la inevitable conclusión de que algunos miembros de esta institución no se están preparando debidamente para salir a recorrer las calles, a pesar del intachable trabajo que hace la gran mayoría de los miembros de esta institución.

Hechos como este, que llevaron incluso a que el Comandante de la Policía de Bogotá se disculpara públicamente con el anciano agredido, convierten en protagonistas sucesos absolutamente injustificados y agraviantes para la sociedad en su conjunto.

Por supuesto, que es necesario individualizar la responsabilidad de quienes, prevalidos del poder que impone el uniforme, arremeten contra un vendedor informal indefenso, vulnerable en muchos sentidos, pretendiendo hacer cumplir unas disposiciones que, vaya ironía, lo que buscan principalmente es proteger a esta población de la tercera edad.

Además de las responsabilidades individuales, debe haber una respuesta institucional ante esta situación, porque no es solo en tiempo de pandemia y aislamiento, que se ha visto un caso de extralimitación de los agentes con algunas personas en todo el país. Situaciones como estas borran en la recordación de las personas el gran trabajo que viene realizando esta institución en la entrega de ayudas y alimentos a los más necesitados en todo el país.

La Policía debe responder a la ciudadanía cuando, como es el caso que se comenta hoy, ha provocado la indignación general y debe dar respuestas concretas, sin lugares comunes que desvíen la atención sobre lo verdaderamente importante.

Preocupa pensar que la institución no esté preparando adecuadamente a sus miembros, antes de enviarlos a las calles a enfrentar todo tipo de hechos, no solo los relacionados con la delincuencia. No puede aceptarse que los agentes tengan tan pocos recursos, personales e incluso institucionales, para dar un trámite decente y adecuado a la situación que se presentó con el anciano que buscaba su sustento en la calle.

Acudir a la fuerza es muchas veces la demostración de que no se cuenta con los argumentos necesarios para buscar una solución digna y pacífica y en este caso hablamos de la incapacidad de la Policía como organismo para dar este tipo de salidas a los conflictos con la ciudadanía.

Está bien que se haya presentado una disculpa al adulto mayor agredido quien, además, pidió que no se castigara a quienes lo golpearon, pero es necesario que la institución capacite adecuadamente a los agentes para enfrentar las difíciles situaciones que se presentan hoy, cuando se enfrentan muchas veces las obligatorias normas de aislamiento con la necesidad de buscar el sustento diario en las calles.

EL NUEVO DÍA

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