El regreso del fútbol colombiano

Las diferencias con el fútbol de Alemania son grandes, así se anuncie que los testeos a nuestros jugadores criollos serán permanentes.

El ministro del Deporte, Ernesto Lucena, anunció para el 8 de junio el inicio de los entrenamientos individuales de los jugadores que participan en la Liga Profesional del Fútbol Colombiano. Luego, en julio, podrán entrenar en conjunto y la competición, como tal, reiniciaría en el mes de agosto próximo.

Para tomar esa decisión pasaron varios momentos. El más significativo: la reunión de la Dimayor y la Federación Colombiana de Fútbol, los organismos que manejan este deporte, con el expresidente Álvaro Uribe Vélez y varios integrantes de la bancada del Centro Democrático en el Congreso.  Aunque el presidente Duque había dicho que no se trataba de política, sino de soporte científico, pocas horas después su ministro del Deporte hizo los anuncios de regreso de la Liga.

Es obvio que quienes viven de esta actividad se alegran del reinicio; tal vez, sin medir las consecuencias de lo que podría significar un contagio masivo de jugadores. Tomando como base sólo el tema económico, los clubes necesitan reactivar a sus jugadores y empezar a mover sus ingresos por publicidad y por derechos de televisión porque así como otros sectores económicos están “reventados”. Está claro que por ahora no habrá espectadores en los estadios.

También hay quienes se muestran renuentes al inicio de la Liga de fútbol al considerar que existen otros sectores económicos, mayores generadores de empleo, que necesitan con urgencia empezar a tener vida productiva porque sus reservas se agotaron hace varios días y los subsidios anunciados por el Gobierno del presidente Duque, definitivamente, son insuficientes. No hay que tener maestría en política ni una bola de cristal para entender que la injerencia política fue determinante para la vuelta de la competencia.

Al conceder los permisos al fútbol, el Gobierno verá los partidos con la incomodidad de la “paja en el ojo” por el riesgo alto de contagio masivo. La apuesta es riesgosa. Dicen que el referente es la Bundesliga alemana que ya reinició. Lo que sucede es que la señora Merkel, una de las más reconocidas líderes mundiales, tiene más de 30 mil camas de cuidados intensivos, capacidad de procesar miles de pruebas en pocas horas y toda una infraestructura que le ha permitido doblegar la línea de contagio y cercar focos de infectados. Las diferencias con el fútbol de Alemania son grandes, así se anuncie que los testeos a nuestros jugadores criollos serán permanentes.

EL NUEVO DÍA

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