Desempleo: La otra pandemia

La caída fue estruendosa. Ni siquiera los más pesimistas vaticinaban un número tan alto en la cifra de desempleo en Colombia para este reporte del DANE. Para otros analistas era de esperarse el golpe, con la mano de obra confinada, las empresas cerradas y la gente sin dinero para comprar y mover la economía.

Las cifras son históricas; incluso desde que se empezaron a tabular resultados y mediciones. Entre febrero y abril del 2020, el desempleo en lbagué se ubicó en 25.1%; es decir, un aumento de 8,3 puntos porcentuales respecto al mismo trimestre de 2019.  Los desocupados pasaron de 47 mil en abril de 2019 a 63 mil en este año. Ese es el otro rastro abrasador, dramático, del paso de la pandemia por este territorio.

Parece que todos los antecedentes se juntaron. La ciudad ya venía de capa caída a finales del año anterior. El fantasma de la desocupación tenían a Ibagué entre las seis primeras capitales de Colombia; es decir, veníamos cuesta abajo y con la cuerda a punto de romperse.

Esta es una ciudad que vive, principalmente, del comercio, un sector que, valga decirlo, tiene visibles pinceladas de informalidad. La maquila de los textiles y confecciones también se resiste a desaparecer pero poco o nada le ayudan las flexibles políticas para detener el contrabando de este Gobierno y el sector turismo no ha podido encontrar una propuesta unificada para que miles de colombianos se queden aquí y no se vayan para el Eje Cafetero. 

Y a todos esos sectores les cayó encima la pandemia que terminó por aplastarlos. La recuperación va a ser lenta, gradual y muchos sectores quizás no vean la luz al final del túnel en este año, por una razón de sentido común: No hay vacuna y mientras no haya un biológico, el riesgo de la vida social es altísimo.

El próximo registro de DANE no va a ser menos dramático en materia de empleo. En manos de los Gobiernos seccional y local estará la gran oportunidad para que sus equipos económicos demuestren de qué están hechos. No es sólo la obra pública que ellos ejecuten; al tiempo,  hay que crear condiciones para la verdadera reactivación económica de sectores que pueden generar empleo: agroindustrial, construcción, manufactura, textil-confecciones y otras líneas de negocios que no hemos explorado. La Agencia de Inversiones en ciudades como Bogotá podría tener inmensas posibilidades; a ver si por fin, dejamos las peleas parroquiales y pensamos que el mundo está más allá del Río Magdalena.

EL NUEVO DÍA

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