La lucha contra el consumo de tabaco

Para que estos programas sean exitosos se requiere que sean aplicados de manera sistemática, de tal forma que puedan arrojar resultados positivos, que redundaría en beneficios a largo plazo tanto para la población como para el sistema de salud en general.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) instituyó el 31 de mayo como el Día Mundial sin Tabaco, con el propósito de concientizar sobre los riesgos que entraña el consumo de cigarrillo. De acuerdo con la OMS, las enfermedades relacionadas con el tabaquismo dejan cerca de ocho millones de personas muertas cada año; de estas muertes, unas seiscientas mil corresponden a fumadores pasivos, es decir, aquellas personas que están expuestas al humo del cigarrillo. En Colombia, según el  Ministerio de Salud y Protección Social, 72 personas mueren cada día por enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco y, al año, más diez mil personas son diagnosticadas de un cáncer provocado por esta causa.

Las autoridades de salud alertan sobre la vulnerabilidad de los fumadores frente al nuevo coronavirus. Según el Ministerio de Salud, los fumadores o quienes registran antecedentes de tabaquismo son más susceptibles a contraer COVID-19, en razón a que el tabaco deteriora las vías respiratorias y produce inflamación. Además, las probabilidades de que un fumador contagiado por coronavirus sufra con más intensidad la enfermedad son mayores e incluso el riesgo de muerte es superior frente a los no fumadores. Otro de los peligros es la posible transmisión del virus de las manos a la boca ante el contacto con el producto o compartir los cigarrillos. Estas advertencias también aplican para los vapeadores y cigarrillos electrónicos, porque se pueden convertir en otra forma de diseminar la infección.

Este año la OMS centró su campaña en proteger a los más jóvenes de convertirse en consumidores de cigarrillos, y advierte sobre las estrategias que utiliza la industria tabacalera para conquistar nuevos consumidores, como la creación sabores atractivos en tabaco sin humo, la distribución gratuita de cigarrillos en espectáculos para jóvenes y los anuncios en redes sociales y con influenciadores pagados.

Para hacerle frente a este problema de salud pública, en Colombia se han adoptado diversas disposiciones en procura de prevenir el consumo y promover el abandono del cigarrillo por parte de los consumidores. Esta normatividad se ha reunido en el Programa Nacional de Cesación de consumo de tabaco y sus derivados, que presenta una combinación de normas y diversas estrategias de prevención del consumo y tratamiento de los consumidores. Para que estos programas sean exitosos se requiere que sean aplicados de manera sistemática, de tal forma que puedan arrojar resultados positivos, que redundarían en beneficios a largo plazo tanto para la población como para el sistema de salud en general.

A pesar de que se han conseguido avances importantes en los últimos años, como la prohibición de fumar en sitios cerrados, con la atención de todas las instituciones centrada en el nuevo coronavirus es poco probable que se esté aplicando el programa, a pesar de que su implementación se encuentra establecida en la ley y que debe ser de obligatorio cumplimiento por parte de las entidades que las deben adoptar, entre ellas las IPS y las EPS.

EL NUEVO DÍA

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