El Tolima por fuera de los proyectos 5-G

Con proyectos serios y sustentados, respaldados por los sectores económicos, sociales y políticos, los gobernantes de la región deben hacer sentir sus necesidades ante el Gobierno nacional.

La precaria industrialización, el atraso en la infraestructura y la alta informalidad son factores que hacen que nuestra economía sea vulnerable en extremo ante la presencia de una crisis. Es por eso que en las actuales circunstancias se prevén consecuencias catastróficas, especialmente en lo que se refiere al empleo y ya las cifras así lo demuestran. En el territorio nacional la tasa de desempleo llegó al 21,4 %; mientras que en Ibagué la situación es más dramática, pues los desempleados son el 31,7% de la población.

El camino más favorable y expedito para la reactivación de la economía, ya lo han dicho los expertos, es la ejecución de obras civiles, pues estas conllevan importantes beneficios; por una parte se crearía un buen número de empleos; además, impulsan el desarrollo de actividades vinculadas con la fabricación, distribución y venta de materiales de  construcción y sus actividades relacionadas, y una vez entran en funcionamiento mejoran las condiciones de competitividad, disminuyen los costos de transporte y jalonan los demás sectores productivos como la industria, el comercio y el turismo.

 La puesta en marcha de las denominadas concesiones de quinta generación (5-G), en las que se contempla la construcción de carreteras, aeropuertos y un tren de carga, con un presupuesto cercano a los 20 billones de pesos es, para el Gobierno Nacional, su apuesta para revivir la economía.

Entre las concesiones 5-G se encuentran obras viales en Bogotá y Cundinamarca, el Valle del Cauca, Santander y Cesar; el mejoramiento y ampliación de aeropuertos en Palmira, Bogotá, Cartagena, Neiva y Buenaventura; obras de dragado en el río Magdalena y el Canal del Dique y la rehabilitación del corredor ferroviario entre La Dorada y Chiriguaná. Un repaso somero a estos proyectos indica que nuestro Departamento no se halla incluido entre las regiones que serán beneficiadas con obras.

Es por eso que el Tolima también debería elaborar su propio plan de llevar a cabo la construcción obras civiles, si tenemos en cuenta que es una de las regiones más golpeadas con el desempleo y con un atraso considerable en la construcción de vías secundarias y terciarias, lo cual hace imposible que los productores campesinos puedan ofrecer precios competitivos. Con proyectos serios y sustentados, respaldados por los sectores económicos, sociales y políticos, los gobernantes de la región deben hacer sentir sus necesidades ante el Gobierno nacional; de lo contrario pasarán otros cuatro años en los que el Tolima y sus necesidades estarán en segundo plano en el escenario nacional.

EL NUEVO DÍA

Comentarios