Ibagué se deteriora

Aquí hay mucho por construir. No se puede bajar la guardia. Queremos que las autoridades actúen con más energía pero también necesitamos que la ciudadanía se apropie de Ibagué y la cuide.

Con el aumento de la población y de los problemas de las ciudades grandes, muchos tolimenses han optado o están considerando venir a Ibagué, la ciudad amable que ellos dejaron y a la que quieren volver. A la vez, personas de otros departamentos, en su edad adulta, han escogido nuestra ciudad en búsqueda de un sitio con un estilo de vida seguro, tranquilo, de baja contaminación, buenos servicios públicos y calidad de vida.

Mientras las familias hacen planes de futuro, vemos aquí que poco se avanza en ese propósito. A diario recibimos quejas, especialmente de los barrios populares, sobre problemas con servicios públicos deficientes, calles no pavimentadas o intransitables, arreglos sin terminar. La seguridad se sigue deteriorando. No hay presencia suficiente de la Policía en las calles y, menos, en sitios frecuentados por consumidores. Las motos circulan sin control y son muchos los accidentes diarios. Los parques dejaron de ser atractivos para las comunidades. Los colectivos de ciclismo, un deporte que ha crecido en la ciudad en tiempos de pandemia, piden acompañamiento de las autoridades y refuerzo del programa de Zonas Seguras para su práctica.

Todos queremos “vibrar” con Ibagué pero no podemos esperar a que la pandemia termine para recordar que uno de los propósitos de esta Administración es hacer de nuestra Capital un espacio en el que la ciudadanía pueda confiar, “con una infraestructura competitiva para avanzar hacia la meta de hacer de Ibagué una ciudad ordenada, amable y en paz”. Estamos pasando momentos difíciles con consecuencias serias en lo personal, lo económico y lo social, pero no podemos descuidar la ciudad.

Ibagué es un municipio de alta afectación y se calcula que el pico se alcanzará a finales de septiembre o en octubre. Somos conscientes de que el esfuerzo tiene que ser de todos. Pero, ya que muchos todavía no se percatan del peligro, ni son conscientes de su responsabilidad con ellos mismos y su entorno, y no cumplen con las medidas y protocolos de bioseguridad, necesitamos autoridades más alertas para verificar el respeto por las normas. Esperamos también que los medios de comunicación apoyen la Administración en este propósito.

Aquí hay mucho por construir. No se puede bajar la guardia. Queremos que las autoridades actúen con más energía, pero también necesitamos que la ciudadanía se apropie de Ibagué y la cuide.

EL NUEVO DÍA

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