Las dudas de la masacre de Llano verde

Dieciséis días después de la masacre de Llano Verde en Cali, donde las víctimas fueron cinco menores entre los 13 y 16 años de edad, el fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, anunció que se había esclarecido el crimen, y habían sido capturados dos de los tres responsables. De acuerdo con el fiscal, los jóvenes tenían la costumbre de ir a ese lugar a cazar y comer caña, y ese habría sido el motivo por el cual los tres hombres que laboraban como vigilantes los asesinaran.

Sin embargo, con el correr de los días se han revelado nuevos hechos que han sembrado dudas acerca de los resultados de la investigación. Primero se conoció que los tres hombres estaban al servicio de una constructora, que no tiene relación con la finca del cultivo de caña donde fueron asesinados los adolescentes. Dos de los hombres cumplían labores de vigilancia y el tercero operaba una retroexcavadora; por eso, los abogados de las víctimas señalan, si los asesinos no trabajaban en la finca, ¿por qué llegaron hasta allí? ¿Fueron por su cuenta? ¿Obedecían órdenes de alguien más?

De acuerdo con el testimonio de dos de los capturados, el hombre que se encuentra prófugo de la justicia fue quien les disparó a los menores y los acusó de ser ladrones. Así mismo, dijeron que el homicida se cubrió el rostro, y obligó a los adolescentes a arrodillarse para luego dispararles.

No obstante, dos de las víctimas presentan, además de los impactos, señales de tortura y heridas con arma blanca. ¿Es posible que un solo hombre pudiera hacerlo? Si los dos capturados no dispararon contra los menores, ¿por qué no informaron a las autoridades? ¿Por qué continuaron sus actividades con normalidad? Los abogados de las víctimas cuestionan además que la Fiscalía solo ha basado su investigación en los testimonios de los detenidos sin buscar otras pruebas.

Pero además, surgen más interrogantes. ¿Quién es el dueño del cultivo de caña donde se registró la masacre? ¿Por qué las autoridades tendieron un manto de duda sobre las víctimas? ¿Es posible que tres personas actuaran sin rendir cuentas a nadie? ¿Qué responsabilidad le cabe a la empresa que los contrató? ¿Hubo premura de la Fiscalía para entregar resultados? ¿Es cierto que este es un corredor estratégico para el tráfico de narcóticos? ¿Los jóvenes vieron algo que no debían?

Lo cierto es que existen muchos interrogantes por despejar y aún no se han revelado todas las circunstancias que tienen que ver con tan espantoso crimen. Ojalá las investigaciones avancen y lleguen hasta un verdadero esclarecimiento de los hechos.

EL NUEVO DÍA

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