¿Vamos hacia un rebrote?

Hay que ser persistentes en recordar e informar de manera permanente a los ciudadanos sobre las medidas de autoprotección, como el lavado de manos, el distanciamiento físico y el uso de tapabocas.

Las señales de alarma están por todas partes: después de varios días de disminución en los contagios y las muertes, el lunes se registró, por cuarto día consecutivo, un aumento de los casos activos de coronavirus en Colombia. En el Tolima también se incrementaron, y las alcaldías de Ataco y Alvarado tuvieron que cerrar la atención al público en los edificios municipales, al reportarse casos de coronavirus entre sus funcionarios. Por su parte, la administración municipal de Natagaima se vio en la necesidad de imponer de nuevo el toque de queda y el pico y cédula, para frenar la propagación del virus.

En otros lugares del territorio nacional, concretamente en Atlántico y Antioquia, ya se están preparando para un rebrote de la enfermedad. Pero Colombia no es el único país que se encuentra en esta situación: el gobierno español debió ordenar de nuevo el confinamiento de los ciudadanos de Madrid; en la capital francesa se cerraron bares, ferias, gimnasios y piscinas durante dos semanas y en Nueva York, el alcalde ordenó la suspensión de clases en 300 colegios para controlar el rebrote de la enfermedad.

Es impensable pretender que se puedan mantener los ciudadanos confinados eternamente, no lo soportan la economía ni la salud mental de los individuos. No obstante, es preciso alertar sobre aquello que puede ocurrir si se impulsa una apertura total de las actividades y no se combina con medidas adecuadas de bioseguridad; las consecuencias serían fatales, pues los servicios de salud colapsarían, por cuenta del escaso número de camas UCI.

Debemos insistir en el autocuidado con orientación por parte de las autoridades de salud. Recientemente, un médico barranquillero advirtió que no se ha dado suficiente información acerca de la importancia de autoprotegerse, motivo por el cual es difícil que los ciudadanos apliquen las normas, porque no comprenden con claridad por qué razón deben cuidarse.

Es por eso que las alcaldías y las instituciones encargadas de proteger la salud de los colombianos no deben bajar la guardia, más en estos días en que prácticamente todas las actividades económicas fueron reabiertas, como en  Ibagué, donde desde el comienzo de este mes se eliminó el pico y cédula en supermercados, en entidades bancarias y en centros comerciales, y se autorizó la reapertura de bares y restaurantes. Hay que ser persistentes en recordar e informar de manera permanente a los ciudadanos sobre las medidas de autoprotección, como el lavado de manos, el distanciamiento físico y el uso de tapabocas. Se echan de menos estrategias creativas para difundir el mensaje y que se cumpla el objetivo de informar y concienciar. Así mismo, las autoridades deben vigilar que se respeten los aforos y las normas de bioseguridad en los lugares con alta afluencia de público, porque ya se observa que los lavamanos se quedan sin agua, hay escasez de gel y faltan otros elementos indispensables para la protección de los visitantes.

EL NUEVO DÍA

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