El último reporte del Dane indica que en Colombia hubo un aumento de 0,32% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en septiembre. Sin embargo, en Ibagué la inflación fue negativa con índice de -0,84%. El sector que más contribuyó a la caída fue el de educación con una reducción de -17,2%, que obedeció, principalmente, a la disminución en las inscripciones a carreras técnicas, tecnológicas y universitarias.
Las variaciones negativas de la inflación se explican porque no existe demanda de bienes y servicios; esto ocurre porque los consumidores no tienen suficiente dinero para comprar, y la principal razón en esta ocasión es que muchos ciudadanos perdieron su empleo por el confinamiento impuesto como medida para enfrentar la pandemia. Las finanzas familiares en Ibagué se resintieron mucho más, pues la mayoría de los sectores que aportan a la economía son informales o corresponden a pequeños negocios que debieron cerrar, y carecían de capacidad de ahorro para enfrentar esta emergencia inusitada.
No obstante, que desde septiembre se abrieron casi todos los sectores económicos, la esperada reactivación no ha ocurrido. Por el contrario, la inflación tuvo un crecimiento negativo y en agosto la ciudad se mantuvo como la segunda con mayor desempleo del país. Lo más preocupante es la situación de los jóvenes que, además de ser los más afectados por el desempleo, se quedaron sin poder estudiar, como lo indica la drástica caída en el sector de la educación que registra el IPC.
A pesar de que se han efectuado anuncios, y se han convocado foros y encuentros para hablar y diseñar estrategias encaminadas a la reactivación económica es muy poco lo que se ha avanzado. El Gobierno nacional hace lo propio y todos los días se divulgan informaciones al respecto, mas no se conocen acciones concretas. Las medidas que se han adoptado no han impactado positivamente los sectores más necesitados. Las mayores ayudas han consistido en subsidios y mercados, que son paliativos, pero no soluciones para revitalizar la economía.
¿Qué ha sucedido después de la reunión promovida por los gremios económicos de la región, a la que fue invitada la bancada tolimense? ¿Se concretó la agenda conjunta tal como se planteó? ¿Se han programado reuniones con el Gobierno nacional para ser escuchados y presentar propuestas? ¿Hay avances? ¿En qué sectores? Después de casi dos meses de la reunión sería buenos conocer en qué se ha progresado, qué falta por hacer y cuál ha sido el resultado de la gestión de los congresistas tolimenses.
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