Para contribuir a que todos oigamos

Si muchos aprendemos el lenguaje de señas colombiano podemos contribuir a que todos oigamos más.

El Tolima, según el Censo del 2018, cuenta con 10.049 personas sordas, de las cuales un poco menos de tres mil viven en Ibagué.

La población sorda ha estado rezagada de los debates de la esfera pública de la región. Sin embargo, la mayoría de ellos son personas con todas sus capacidades intelectuales y solo tienen un problema de comunicación. Por eso existe el lenguaje de señas, que los ayuda a comunicarse con las manos, el rostro, el cuerpo. Es necesario visibilizarlos y asegurarles sus derechos a la salud, justicia, trabajo, a la participación y la cultura, entre otros.

Los esfuerzos de inclusión de la comunidad sorda en los procesos de desarrollo del país comenzaron en 1996. El Insor, Instituto Nacional para sordos, adscrito al Ministerio de Educación, trabaja con entidades públicas y privadas para apoyar en el proceso de construcción de una sociedad más incluyente para esta población y para mejorar el acceso a los servicios públicos a los que tienen derecho.

En Ibagué, entre las estrategias para procurar una educación más incluyente, con el apoyo del Insor, la institución educativa Niño Jesús de Praga desde hace varios años ha ofrecido una educación bilingüe para su población sorda de unos setenta niños. Cuentan con intérpretes y, en su página web, con elementos gráficos, videos y evidencias fotográficas en todos los grados del sistema escolar que los ayudan a aprender. Destacamos el importante trabajo de esta Institución educativa y quedamos atentos a registrar sus logros y los de otros colegios que se unan a esta tarea.

Sin embargo, esto no es suficiente. El Alto Consejero Presidencial para la participación de las personas con discapacidad anunció que Ibagué hará parte del plan piloto para extender la enseñanza de la lengua de señas colombiana. Se busca que los padres, maestros y compañeros aprendan esta lengua, se fortalezca la comunicación y, entre todos, acompañen a los intérpretes y docentes de apoyo en esta labor.

Se requiere, también, mayor trabajo para focalizar acciones estratégicas y abrir oportunidades de empleo para personas sordas y sordociegas, así como estar pendientes de los mayores y discapacitados en forma permanente para trabajar. Las personas sordas cuentan con todas las posibilidades de sus funciones cognitivas de cualquier ser humano. Requieren de ayuda para disminuir sus barreras comunicativas.

Si muchos aprendemos el lenguaje de señas colombiano podemos contribuir a que todos oigamos más.

 

EL NUEVO DÍA

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