La delicada situación de Mariquita

Entre diciembre del año pasado y los primeros seis días de este año, cinco personas han sido víctimas de sicarios en Mariquita. Según las autoridades, estos asesinatos obedecen a disputas por el control territorial entre bandas dedicadas al tráfico de estupefacientes.

La situación, sin embargo, no es nueva, ya que en 2020 se cometieron 20 homicidios en esa población. Al parecer, existen varios grupos de delincuencia organizada que buscan dominar la zona, estratégica para sus intereses, pues este es un cruce de caminos que conecta el Magdalena Medio, el eje cafetero y la capital del país. 

Entre las organizaciones delictivas que intentan imponerse, se encuentran las Autodefensas Gaitanistas, grupo paramilitar que pretende controlar las economías ilegales como el narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión. Hay que recordar que en septiembre circularon panfletos amenazantes de esa banda delincuencial; aunque en ese momento las autoridades no le dieron trascendencia, no se puede descartar la presencia de esta agrupación que opera en muchas regiones del país, mediante redes de subcontratación.

Desde mediados del año pasado se han dado voces de alerta sobre el aumento de la criminalidad en ese Municipio, pero las autoridades no han hallado soluciones para recobrar la seguridad y desmantelar esas estructuras delincuenciales. El alcalde de Mariquita, Juan Carlos Castaño Posada, reconoce los problemas y señala, por ejemplo, el poco alcance de la labor del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía, que opera apenas con tres funcionarios.

Entre las acciones que plantean las autoridades están aumentar el número de cámaras de seguridad, que no sirven de mucha ayuda si no están acompañadas de patrullajes y de un número suficiente de uniformados que puedan responder de manera oportuna; la compra de un dron para apoyar las labores de vigilancia de la Policía, la publicación del cartel de los más buscados, el ofrecimiento de recompensas y el incremento del pie de fuerza de la Policía. Sin embargo, también es clave que existan planes de inteligencia e investigación tendientes a desvertebrar las maniobras de estas bandas, que extienden sus tentáculos a La Dorada, Honda y Guaduas.

Es necesario que las autoridades departamentales y locales adopten medidas urgentes para recuperar el orden público y garantizar la seguridad ciudadana. No se puede permitir que la delincuencia organizada se adueñe de un municipio con gran potencial económico y turístico como Mariquita.

EL NUEVO DÍA

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