Regalías para la reactivación económica

La necesidad de recuperar la economía y las condiciones de pobreza, inequidad y bajos ingresos del Departamento hacen prioritario que los alcaldes y el Gobernador se pongan manos a la obra, en alianza con las universidades y los gremios económicos, para sacar el máximo provecho a las regalías.

El Tolima dispone de 245 mil millones de pesos de regalías en el periodo 2021-2022, para invertir en saneamiento, educación y vías terciarias; 99 mil millones son para los municipios y 145 mil millones para la Gobernación. Además, el Departamento puede postular proyectos para obtener recursos del Ocad Regional Centro Sur, y los municipios de Ataco, Planadas, Chaparral y Rioblanco pueden hacerlo en el Ocad Paz, destinado para las zonas Pdet (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial).

En 2011 se creó el Sistema General de Regalías, con el fin de vigilar el uso de estos dineros que llegaban a los municipios, y que en muchos casos se convirtieron en fuente de despilfarro y corrupción; basta recordar los obras faraónicas de las regiones petroleras que terminaron como elefantes blancos sin uso ni beneficio. El Sistema impuso una serie de controles, para que las regalías se asignaran a proyectos de desarrollo social, económico, para el medio ambiente y para efectuar inversiones en educación, ciencia, tecnología e innovación. Después de diez años se impulsó una reforma para fortalecer la descentralización y entregarle mayor autonomía a las regiones.

Pero así como existe mayor autonomía, los mandatarios departamentales y municipales tienen más responsabilidad con la forma en que invertirán los recursos. 

Además, su gestión será evaluada periódicamente por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) que tendrá en cuenta los indicadores de gestión y si estos no se hallan por encima de 60 puntos los entes territoriales no podrán presentar nuevos proyectos.      

Para maximizar las posibilidades de acceder a estos fondos es clave que los mandatarios acudan a la asesoría del DNP, para elaborar proyectos debidamente sustentados. También pueden concebir proyectos de interés común para varios municipios, con lo cual disminuyen gastos de operación y multiplican los beneficios. Las veedurías también pueden hacer su parte, al llevar a cabo seguimiento juicioso de la ejecución de las obras, para garantizar que los recursos se inviertan como corresponde, y eviten que caigan en el pozo sin fondo de la corrupción.

La necesidad de recuperar la economía y las condiciones de pobreza, inequidad y bajos ingresos del Departamento hacen prioritario que los alcaldes y el Gobernador se pongan manos a la obra, en alianza con las universidades y los gremios económicos, para sacar el máximo provecho a las regalías.

Es de tener en cuenta que el año pasado quedaron saldos por más de 100 mil millones de pesos que no se ejecutaron y que se incorporaron al presupuesto de este bienio, pero que se podrían escapar si no existen el interés o la capacidad en las alcaldías y en la Gobernación para presentar las propuestas de manera oportuna.

EL NUEVO DÍA

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