La liquidación del Fondo Ganadero del Tolima no debe ser el fin de las plantas de beneficio

A pesar de que la decisión es de septiembre, hasta hace pocos días se conoció que la Superintendencia de Sociedades ordenó la liquidación del Fondo Ganadero del Tolima. En septiembre de 2019 comenzó un proceso de reorganización de la sociedad que requería un acuerdo con los acreedores; sin embargo, este no fue posible y obligó a la Supersociedades a tomar tal decisión.

Los fondos ganaderos fueron instituidos por el Gobierno Nacional desde los años cuarenta del siglo pasado, como sociedades anónimas de economía mixta, con el propósito reactivar el campo y fomentar la ganadería. Estas entidades no pagaban impuestos, sino que debían invertir en fomento para mejorar las condiciones de esta actividad. En su apogeo, hubo 24 fondos en todo el país, pero en la actualidad solo quedan dos. El declive se dio cuando el Gobierno Nacional modificó las condiciones en que debían funcionar, motivo por el cual dejaron de ser rentables; además, algunos fueron mal administrados y se presentaron cuestionables manejos; esto llevó al cierre de la mayoría.

El Fondo Ganadero del Tolima fue constituido en 1953 y actualmente opera las plantas de beneficio de Ibagué (Carlima) y Espinal (Frigoespinal). Los problemas del Fondo sobrevinieron desde 2014, cuando del Gobierno departamental decidió aumentar el impuesto de degüello; esto obligó a que muchos de los ganaderos decidieran sacrificar en otros lugares como La Dorada (Caldas) y el Huila. En la actualidad, el Fondo adeuda más de $10 millardos por este concepto.

La pandemia afectó de manera importante la operación de las plantas, pues el 80 % de los ingresos del Fondo dependen de estos servicios, labores que se redujeron hasta en un 50 % durante los meses de la emergencia. Esto también llevó a que la entidad no pudiera cumplir los compromisos adquiridos cuando fue aceptada en la Ley de Insolvencia.

No obstante las dificultades, el Fondo construyó en Carlima una planta de beneficio de aves y Frigoespinal ha incrementado sustancialmente su operación. Por eso sería impensable un cierre de las plantas, que generan más de cien empleos, sin contar con los  trabajos indirectos que se derivan del transporte y del procesamiento de pieles.

El Nuevo Día.

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