Un sueño cumplido

Estas obras, esenciales para el desarrollo, han de ser aprovechadas al máximo por lo tolimenses para la organización de eventos que no solo atraigan a los bogotanos, sino también a los vecinos del Eje Cafetero y del Valle del Cauca que ya no verán como un obstáculo atravesar La Línea.

 

Con la presencia del presidente de la República, Iván Duque, se entregó ayer, de manera oficial, el denominado Cruce de las Cordillera Central, que conecta al centro con el suroccidente del país, obra complementaria del Túnel de la Línea, inaugurado en septiembre del año pasado. 

Esta fue un proyecto anhelado por todos los colombianos, pero sobre todo los residentes en el Tolima y Quindío, que padecieron por largos años las dificultades de esta vía, debido a los permanentes derrumbes, accidentes, congestiones y retrasos que convertían en un verdadero calvario el trayecto de 85 kilómetros que comunican a Ibagué con Armenia.

La construcción de un túnel por la cordillera Central fue contemplada desde hace más de un siglo, pero los primeros pasos en firme se dieron en 2000, cuando se autorizó a la nación a financiarlo y se abrieron dos licitaciones que quedaron desiertas por falta de pólizas. En 2008 se adjudicó la obra y en 2009 comenzaron los trabajos, pero después de múltiples retrasos y problemas en 2016 fue necesario declarar la caducidad del contrato. Finalmente, el túnel fue inaugurado en septiembre del año pasado, pero eran necesarias obras complementarias.

La obra que se inauguró ayer corresponde al tramo Cajamarca-Calarcá, tuvo un costo de 2,9 billones de pesos y comprende 30 kilómetros que incluyen 25 túneles, 31 viaductos y tres intercambiadores viales. 

De acuerdo con el director del Invías, Juan Esteban Gil, se espera una reducción considerable de tiempo de entre 90 y 120 minutos, pues, además, los riesgos de derrumbes (otro dolor de cabeza) serán mitigados con obras de estabilización en los sitios críticos.

Con la entrada en funcionamiento del cruce de la cordillera Central se mejora la competitividad al acercar el puerto de Buenaventura con los centros de producción del centro del país, y se benefician los transportadores y los turistas que ahorran en tiempos de desplazamiento.

Hay satisfacción en el Tolima, además, pues en este territorio también se ejecutan obras que mejorarán la conexión con otras capitales, como la doble calzada Espinal-Neiva, la ampliación de la vía Girardot-Bogotá y la obra Cambao-Manizales.

Estas obras, esenciales para el desarrollo, han de ser aprovechadas al máximo por lo tolimenses para la organización de eventos que no solo atraigan a los bogotanos, sino también a los vecinos del Eje Cafetero y del Valle del Cauca que ya no verán como un obstáculo atravesar La Línea.

 

EL NUEVO DÍA

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