¿No existen normas para los motociclistas?

A esto se suma que existe una laxitud normativa, deficiente señalización, e impera la cultura de la ilegalidad.

 

Es la pregunta que se hacen muchos ciudadanos que perciben a los motociclistas como los actores viales más indisciplinados y los que más contribuyen al caos en las calles. Los accidentes de tránsito, en su mayoría, involucran motocicletas y los usuarios de estos vehículos son las principales víctimas. En Ibagué no pasa un día sin choques con motos. 

Pero su exposición a los accidentes no solo se debe a la fragilidad de los vehículos; las acciones irresponsables y temerarias de los conductores los exponen aún más. Se saltan todas las normas: conducen en contravía, se suben a los andenes, adelantan por la derecha, zigzaguean por entre los carros; no usan bien el casco, hablan por celular mientras conducen, hacen giros prohibidos y maniobras peligrosas, y los parrilleros no portan elementos de protección personal. En fin, pareciera que están convencidos de que el cumplimiento de la ley no es para ellos.

De acuerdo con el Código Nacional de Tránsito, los motociclistas deben transitar por la derecha a no más de un metro del andén, no usar las vías exclusivas del transporte público, no adelantar por la derecha, portar chalecos reflectivos en las horas en que la visibilidad sea escasa; usar casco, respetar las normas y señales de tránsito y los límites de velocidad; así mismo, tienen prohibido transitar por las aceras y otros lugares de uso peatonal.

Como medio de transporte, las motos tienen grandes ventajas: su costo es considerablemente menor al de un automóvil, consumen menos gasolina, su mantenimiento es más barato que el de un carro, no pagan peajes, no tienen pico y placa y las de bajo cilindraje no pagan impuestos; ahorran tiempo y dinero a sus usuarios y por eso seguirán siendo las favoritas de los colombianos; representan el 59% del parque automotor registrado en Colombia.

Pero también es el medio de transporte más peligroso. De acuerdo con Medicina Legal, 5.887 personas han muerto en accidentes de tránsito entre enero y octubre de este año en Colombia. En el 76,3% de los casos (3.479) hay una moto involucrada. En Ibagué han muerto 61 personas en accidentes de tránsito, de ellas, 30 perdieron la vida en moto; 670 personas resultaron heridas, de las cuales 438 son usuarios de motos. A pesar de que son los mayores protagonistas y los más expuestos a los accidentes, más del 50% de estos vehículos no pagan SOAT. 

En este desorden existe una gran responsabilidad, en primer lugar, de los conductores, que compran estos vehículos con la convicción de que con ellos no se van quedar en un trancón, y por la misma razón hacen caso omiso de las normas, pero también son responsables las autoridades que no han conseguido meterlos en cintura; así mismo, las academias tienen su cuota, pues cursos de 10 o 20 horas no son suficientes para acreditar experiencia, conocimientos de la reglamentación de tránsito y manejo de estos vehículos. Seguramente si se les pregunta a los motociclistas sobre las normas de tránsito, sus conocimientos serán limitados.

La problemática tiene múltiples causas: no existe una política clara en la expedición de licencias de conducción; no hay controles, según la edad o la experiencia. A esto se suma que existe una laxitud normativa, deficiente señalización, e impera la cultura de la ilegalidad.

Es urgente que las autoridades tomen medidas para frenar el desmadre. Los expertos en el tema recomiendan regular el acceso, venta y disponibilidad de las motos, verificar la revisión tecnomecánica y el pago del SOAT; estimular el cumplimiento de las normas; establecer sanciones ejemplarizantes a los conductores con muchas infracciones, como suspensión de la licencia y la cancelación definitiva del pase de conducción a quienes sean manifiestamente irresponsables; modificar la legislación y hacer más seguras las vías; promover campañas permanentes, consistentes y acompañadas de más presencia de las autoridades de tránsito.

 

EL NUEVO DÍA

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