Entre enero y julio de este año, 535 mujeres fueron asesinadas en Colombia, 9.899 fueron violadas, 15.239 fueron golpeadas por su pareja, 10.392 fueron víctimas de violencia intrapersonal y 5.620 recibieron agresiones en su propio hogar, según reveló un informe elaborado por la plataforma Change.org.
En nuestro Departamento, según la Red de Mujeres del Tolima, en 2020, 1.115 mujeres fueron víctimas de violencia por parte de su pareja, 238 fueron agredidas por otros familiares, 828 fueron víctimas de agresión sexual y se reportaron 11 víctimas de feminicidio.
La Red cuestionó las cifras oficiales, según las cuales el año pasado se registró un descenso en los casos de violencia contra la mujer, pues, los reportes de la Red señalan que las llamadas de auxilio aumentaron 600%; esto indica que no hubo acceso a la justicia, porque las víctimas no pudieron desplazarse para denunciar, tenían miedo porque estaban encerradas con sus victimarios y no hubo respuesta adecuada parte de las líneas de atención.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define la violencia contra las mujeres como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”. Esta incluye la violencia que ejerce el compañero sentimental, la violencia sexual y el acoso, la esclavitud y la explotación sexual, la mutilación genital y el matrimonio infantil.
Entre el 25 de noviembre y el 10 de diciembre (Día de los Derechos Humanos) la ONU promueve 16 días contra la violencia de género. Este año, el lema es “Pinta el mundo de naranja: ¡Pongamos fin a la violencia contra las mujeres YA!”, con el fin de sensibilizar, hacer un llamado a la sociedad e instar a que se emprendan acciones por parte de los gobiernos.
A pesar de los esfuerzos de la ONU para erradicar esta forma de violencia, y de ser la igualdad de género uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las mujeres continúan en inferioridad de condiciones y son blanco de discriminación; además, la violencia contra la mujer es una de las violaciones a los derechos humanos más persistentes en el mundo, sin contar con que las agresiones contra las mujeres aumentan en época de crisis y en las zonas de conflicto.
La falta de inversión de recursos por parte de los gobiernos en iniciativas que promuevan la prevención del maltrato, la persistencia de normas sociales nocivas para las mujeres, la impunidad y la estigmatización a las víctimas juegan en contra de estos loables propósitos.
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