Millones de colombianos padecen hambre

¿Cómo podemos contribuir en la solución? ¿Qué tal si cada uno se compromete a donar a diario una comida a un compatriota para que no pase la noche con el estómago vacío?  

Más de 560 mil niños colombianos menores de cinco años sufren de desnutrición. Esta es una condición irreversible que retrasa el crecimiento, afecta el desarrollo neuronal y disminuye las posibilidades de progreso de estos niños en su edad adulta. 

Esta dramática cifra, que fue revelada por la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia y la ANDI, debería preocuparnos a todos, pues estamos hablando de que estos ciudadanos están siendo condenados a una vida de miseria y atraso.

El estudio de inseguridad alimentaria infantil realizado por estas dos entidades señala, así mismo, que el 54,2 % de los hogares, es decir, unas 21 millones de personas, no cuentan con ingresos suficientes para adquirir los productos básicos de la canasta familiar. El desempleo y la creciente pobreza son las causas para que más de la mitad de la población viva en inseguridad alimentaria. 

Las familias que más padecen hambre son las campesinas, con mujeres cabeza de hogar, con más de siete integrantes, con menor grado de escolaridad y pertenecientes a comunidades indígenas y afrodescendientes; esto nos da una idea de la enorme desigualdad de nuestra nación y de la exclusión que soportan millones de colombianos.

Lo paradójico del asunto es que Colombia cuenta con 40 millones de hectáreas para producir alimentos, es el tercer país en Latinoamérica con mayores recursos hídricos y diversidad climática y, lo más preocupante, donde se desperdician al año cerca de 10 millones de toneladas de comida.

Si se bota tal cantidad de alimentos y existe la información sobre las poblaciones que más los necesitan ¿por qué las instituciones no trabajan para conseguir que no se pierdan? ¿Por qué no se han adoptado políticas exitosas implementadas en otros países, como el programa Hambre Cero de Brasil? ¿Y los ciudadanos? ¿Cómo podemos contribuir en la solución? ¿Qué tal si cada uno se compromete a donar a diario una comida a un compatriota para que no pase la noche con el estómago vacío?  

Estrategias como la del Banco de Alimentos son valiosas y llegan a un buen número de ciudadanos, pero es evidente que no son suficientes. También es cierto que entregar comida no resuelve por sí solo el problema. Es necesario atacar el desempleo, la informalidad, la falta de educación, la inequidad y la corrupción que impiden que los sectores más vulnerables consigan subsistir dignamente.

 

El Nuevo Día.

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