Hoy se define el futuro de Colombia

Igualmente, hay que hacer un llamado para aceptar los resultados y confiar en el trabajo de las autoridades electorales.

Llegamos al final de una de las campañas presidenciales más agitadas, revueltas, agresivas, tensionantes, extrañas y controversiales de los últimos tiempos. Los colombianos elegirán hoy entre los candidatos Gustavo Petro, del Pacto Histórico, y Rodolfo Hernández, del movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción.

Los contendientes en liza encarnan el hartazgo ciudadano con los políticos tradicionales y el establecimiento. Sin embargo, esto no significó una transformación en la forma habitual de hacer política. La campaña de la segunda vuelta se caracterizó por las filtraciones, los señalamientos, la exacerbación del odio, la desinformación y las falsas noticias; en fin, todas las artimañas de una guerra sucia que le hace un gran daño a la nación.

El escenario de combate fueron las redes sociales que demostraron el inmenso poder que ejercen sobre los ciudadanos y sus decisiones. La reparación de los perjuicios causados en la campaña habrá de ser, entonces, la primera tarea del nuevo gobernante.

Las encuestas predicen que esta será reñida final, pues sus resultados mostraron un empate técnico, por lo cual se presume que la diferencia entre los candidatos será de muy pocos votos. El registrador ha enviado mensajes tranquilizadores sobre la transparencia durante el desarrollo de la jornada electoral y en la entrega de resultados, pero, como parte de la guerra de desinformación, este sábado circuló un video, con supuestos resultados de la Registraduría, que crispó aún más los ánimos y que motivó un nuevo cruce ataques entre los seguidores de los candidatos y una aclaración de la Registraduría.

Las autoridades están en alerta y han redoblado su presencia en las calles ante posibles desmanes. En el Tolima se dispuso un operativo de seguridad con más de ocho mil uniformados de la Policía y el Ejército que garantizarán que los votantes puedan ejercer su derecho sin limitaciones. Los colombianos tienen en sus manos la suerte del país. Este es un momento decisivo para la democracia y el futuro de las instituciones.

Por eso, la invitación a los electores es a que voten en paz, de acuerdo con sus convicciones, con independencia, sin presiones y que la decisión que tomen la hagan con base en el análisis de las propuestas y no cimentada en las emociones. Igualmente, hay que hacer un llamado para aceptar los resultados y confiar en el trabajo de las autoridades electorales.

EL NUEVO DÍA

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