El Tolima en el nuevo gobierno

En este escenario, la alianza que conformaron los gremios económicos, el gobierno seccional y los congresistas desempeñará un papel fundamental para que la voz de los tolimenses se sienta con fuerza en la capital de la República.

Históricamente el Tolima ha sido manejado por maquinarias y caciques, lo cual se ha visto reflejado en los resultados electorales para Congreso, alcaldías y gobernación. En el campo de la presidencia, desde 2002, sus votos habían favorecido al uribismo y sus candidatos.

Sin embargo, este año, en la primera vuelta presidencial se presentó un evidente rompimiento con los barones electorales que apoyaban a Federico Gutiérrez, candidatura que fue identificada con el continuismo. En el Tolima, Gutiérrez solo consiguió mayorías en dos municipios (Valle de San Juan y Villarrica). Este fenómeno se repitió en la mayor parte del país y fue sorprendente porque Rodolfo Hernández, prácticamente un desconocido para los colombianos el año pasado, consiguió llegar a la segunda vuelta sin el respaldo de los partidos políticos tradicionales, con un estilo diferente de hacer política (manejó su campaña por las redes sociales) y con un mensaje único: luchar contra la corrupción. 

En la segunda vuelta, Rodolfo Hernández se ratificó como el preferido de los tolimenses; obtuvo la mayoría en 43 de los 47 municipios, mientras que Petro solo ganó en cuatro municipios (Natagaima, Coyaima, Armero-Guayabal y Líbano). Más adelante se sabrá si estos resultados representan el comienzo de la transformación del electorado en uno más independiente o solo obedeció a una reacción pasajera ante la rampante corrupción y la calamitosa situación económica por la que atraviesan miles de tolimenses.   

En su campaña, Gustavo Petro unificó sus propuestas para el Tolima y el Huila, y las focalizó en  la  protección de la cuenca del Magdalena, el impulso del turismo sostenible en el parque de los Nevados, el desierto de La Tatacoa y San Agustín y la recuperación del campo con la inversión de tecnología en los procesos agropecuarios. También habrá de tener en su agenda la continuidad y el financiamiento de los Pdet, creados para redimir a los municipios más afectados por el conflicto y golpeados por la pobreza y la exclusión. En el Departamento se encuentra una zona PDET de la que hacen parte Ataco, Rioblanco, Chaparral y Planadas.

El Tolima cuenta con las representantes a la Cámara Martha Alfonso, del Pacto Histórico, y Olga Beatriz González, del partido Liberal, que le dieron su apoyo al presidente electo y posiblemente serán las primeras que establecerán contacto con el nuevo mandatario para expresar las prioridades del Departamento. En este escenario, la alianza que conformaron los gremios económicos, el gobierno seccional y los congresistas desempeñará un papel fundamental para que la voz de los tolimenses se sienta con fuerza en la capital de la República.

 

El Nuevo Día

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