El terrorismo del “plan pistola” es contra todos los colombianos

Desde El Nuevo Día hacemos llegar nuestras condolencias a las familias de los policías y militares vilmente asesinados.

Treinta y seis policías han sido asesinados en lo corrido del año. La mayoría de ellos (25) por órdenes del grupo delincuencial Clan del Golfo, al parecer, en represalia por la extradición a Estados Unidos del capo Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, y su hermana Nini Johana. Solo en julio 12 policías han sido asesinados. Bajo las balas de esta agrupación criminal también han caído 24 miembros del Ejército. Pero no solo el Clan del Golfo es responsable de los homicidios, las disidencias de las FARC y el ELN han causado la muerte de nueve policías.

No es la primera manifestación de poder del tenebroso Clan del Golfo este año. Cuando se produjo la extradición de ‘Otoniel’, esta banda delincuencial “decretó” un paro armado, entre el 5 y el 9 de mayo, días en los estos terroristas cometieron 24 homicidios, bloquearon vías, quemaron cerca de 200 vehículos, afectaron 178 municipios en 11 departamentos y produjeron 22 ataques en contra de la fuerza pública. Estas acciones ocasionaron pérdidas por más de medio billón de pesos.

El “plan pistola” ordenado por el Clan del Golfo es similar a la guerra que emprendió el narcotraficante Pablo Escobar contra el Estado colombiano entre 1989 y 1991, que puso precio por asesinar policías y que dejó como resultado la muerte de más de 400 uniformados, solo en Antioquia.

La víctima más reciente fue la patrullera Leidy Sánchez Montoya, de 25 años, quien perdió la vida en San Pablo, sur de Bolívar, en medio de un operativo antinarcóticos, donde además, otros cinco policías resultaron heridos.

Ayer la Policía Nacional realizó ceremonias religiosas en las principales ciudades, para honrar la memoria de los 36 uniformados que han ofrendado la vida en cumplimiento de su deber. En estos dolorosos momentos, los colombianos debemos ser solidarios con la fuerza pública y las familias de los uniformados asesinados. Estos actos terroristas afectan a toda la población y por eso no podemos ser indiferentes ante lo que sucede. Hemos de rodear a las autoridades y respaldar la institucionalidad, pues estos grupos terroristas no pueden pasar por encima de los 50 millones de colombianos. Desde El Nuevo Día hacemos llegar nuestras condolencias a las familias de los policías y militares vilmente asesinados.

 

El Nuevo Día

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