Con un magnífico cierre en el Teatro Tolima, finalizó la tercera versión del Ibagué Festival que cada año supera sus logros anteriores. Ibagué volvió a destacarse como la ciudad musical de Colombia, gracias a una planificación cuidadosa de la programación, a una impecable organización, a una bien pensada agenda y a un grupo de artistas de calidad inigualable.
Más de 150 artistas, entre locales, nacionales y extranjeros, se presentaron en los escenarios. Los conciertos, en los que hubo más de 3.600 asistentes, fueron gratuitos y se desarrollaron en diferentes puntos de la ciudad; además, hubo clases magistrales, conversatorios, talleres, eventos gastronómicos y exposición de las artesanías del Tolima. El Ibagué Festival fue evento cultural diverso que presentó lo mejor del Colombia.
En el concierto de clausura se le rindió homenaje al violinista y director de la orquesta filarmónica de Bogotá, Carlos Villa, en el intervinieron las orquestas sinfónicas de la Universidad del Tolima y del Conservatorio, que integraron por primera vez y se estrenó la cantata Ensueño-Maiporo, Cailima y Nataima, del maestro César Augusto Zambrano.
Lo más destacado fue la gestión de la Fundación Salvi, bajo la dirección de Julia Salvi, quien demuestra su amor por la música, su aprecio por Ibagué, su entusiasmo constante para conseguir respaldo y patrocinadores, y su empeño por la realización de un espléndido festival en el que no se descuida el más mínimo detalle.
Con el evento no solo ganaron los profesionales de la música y los melómanos que gozaron de cuatro días para deleitarse; la ciudad ganó porque recupera su prestigio como capital musical de Colombia, como parte de la red de ciudades creativas de la Unesco y como capital de americana de la cultura. También ganaron los hoteles que vieron mejorar su ocupación, los restaurantes y el comercio.
En estos eventos es imprescindible el apoyo y el acompañamiento por parte de los entes gubernamentales; las partidas presupuestales se deben incluir, los recursos se han de entregar a tiempo, los escenarios deben estar en buenas condiciones, los servicios de vigilancia, emergencias y logística se deben programar y estar dispuestos; los compromisos se deben honrar. Además, los organizadores de los eventos exitosos deben recibir el respaldo para que puedan perdurar y sean un incentivo más para promover la ciudad. Con la realización del Ibagué Festival se ha demostrado que esta es una sede idónea para organizar espectáculos de gran calidad.
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