La oportunidad para Ibagué como sede de teletrabajo

Sin embargo, es necesario mejorar algunos aspectos como la intermitencia en el servicio de energía, las bajas velocidades de banda ancha y la poca conectividad en zonas rurales.

El trabajo remoto fue una de las consecuencias positivas de la pandemia. Aunque antes de 2020 se habían conseguido algunos avances en esta materia, la emergencia implantó de manera abrupta esta forma de laborar, para evitar la parálisis del mundo. 

Son grandes los beneficios del teletrabajo. Para los empleados representa mejoramiento en la calidad de vida, ahorro de dinero (alimentación fuera de la casa, transporte, gasolina, parqueadero); se dedican menos horas al desplazamiento y se favorece la salud, pues se reduce el estrés que causan los trancones. En las ciudades, mejora la movilidad y disminuye la contaminación.

De acuerdo con una encuesta realizada por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones,  MinTIC, 40% de los encuestados aseguran que el trabajo remoto mejora su calidad de vida y 33% dijeron ser más felices. Según el Ministerio de Trabajo, el 93% de los teletrabajadores realizan actividades domésticas mientras laboran y 50% dicen que logran conciliar la vida laboral y familiar. 

En contra del trabajo remoto se encuentran que la frontera entre el trabajo y el hogar es difusa, el trabajador se encarga de costos que no debería asumir y los horarios se extienden más allá de lo establecido legalmente; así lo reconocen los empleados encuestados que aseguran que su jornada laboral está por encima de las ocho horas (57%).

Después de la pandemia, miles de personas están buscando instalarse en ciudades más pequeñas o en zonas rurales y trabajar a distancia. Ibagué es un lugar ideal, pues aún no tiene los graves inconvenientes de las grandes urbes; es una ciudad amable, con un costo de vida más bajo que el de otras capitales, con un clima agradable y sin los graves problemas de movilidad que padecen Bogotá o Medellín, lo cual la hace perfecta para que los nómadas digitales (aquellas personas que pueden trabajar desde cualquier lugar del mundo) se instalen aquí, con lo cual aprovecharían estas ventajas y estarían consumiendo bienes y servicios en nuestra ciudad. Aunque no se conocen cifras oficiales, ya hay teletrabajadores que se trasladaron a esta capital y se encuentran felices de haber tomado esta decisión. 

El teletrabajo es una estrategia de desarrollo económico y social para las ciudades intermedias. Ibagué puede atraer mano de obra calificada de nómadas digitales; sin embargo, es necesario mejorar algunos aspectos como la intermitencia en el servicio de energía, las bajas velocidades de banda ancha y la poca conectividad en zonas rurales.

 

El Nuevo Día

Comentarios