El manejo inadecuado y la disposición final de las basuras son problemas mundiales que causan contaminación, inundaciones y enfermedades. Colombia produce 12 millones de toneladas de basura al año que se depositan en 174 rellenos sanitarios, 13 celdas de contingencia, 10 celdas transitorias y 84 botaderos a cielo abierto.
Recientemente, la Defensoría del Pueblo alertó por las dificultades que se presentan con la operación y disposición de los residuos sólidos en 16 departamentos. La situación es crítica en Antioquia, Bolívar, Casanare, Cundinamarca y Tolima, en donde hay rellenos sanitarios que tienen una vida útil inferior a dos años, lo cual puede desencadenar una emergencia sanitaria y de afectación a las comunidades.
“Llama la atención el incumplimiento de la normatividad que establece que para el 2011 los sitios no autorizados (celdas transitorias y botaderos a cielo abierto) han debido cerrar o ser adecuados bajo una alternativa que cuente con los debidos permisos ambientales y que disminuya los impactos sobre las comunidades y ecosistemas”, señaló el defensor, Carlos Camargo.
La Defensoría indicó que se perciben pocos avances en materia de aprovechamiento e implementación de tecnologías que eviten la disposición de residuos sin que tengan un tratamiento o separación. Tiene razón el defensor; del total de residuos sólidos, solo se aprovecha, aproximadamente, el 16,5 %; además, el 78 % de los hogares colombianos no recicla ni separa los residuos adecuadamente, por desinformación, desconocimiento y desinterés, pese a que ya existe la normatividad que ordena clasificarlos y separarlos según su origen, en bolsas de diferentes colores, motivo por el cual, el proceso de recuperación se hace prácticamente imposible cuando los residuos llegan a los lugares de disposición final.
En Ibagué, poca importancia se ha dado al tema, que es de gran interés y requiere la inversión de fuertes sumas de dinero, si se tiene en cuenta que la construcción de un relleno sanitario puede costar alrededor de 50.000 millones de pesos, según afirma el presidente de Asocapitales y alcalde de Bucaramanga, Juan Carlos Cárdenas.
Hay que comenzar a analizar el tema, pues la planeación y ejecución de un proyecto de tal magnitud requiere bastante tiempo y multimillonarios recursos, y al relleno sanitario La Miel le quedan menos de dos años de vida útil.
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