¿El aumento del mínimo beneficiará a los ibaguereños?

Sin embargo, si se busca mejorar las condiciones de vida de los ibaguereños se debe comenzar por la adopción de estrategias agresivas y de largo aliento para la generación de empleo formal.

Con el incremento del salario mínimo, el más alto de este siglo y el segundo más alto desde 1985, se pretende que millones de colombianos recuperen el poder adquisitivo que perdieron por cuenta de la elevada inflación de este año.

Entre los que devengan el mínimo (3,4 millones de empleados), el aumento es satisfactorio, pues les permite compensar las alzas del último año y disponer de algún dinero adicional. Al mejorar la capacidad de compra de los trabajadores se espera que se dinamice la economía, mejore la productividad y disminuya la pobreza. No obstante, para los empresarios tolimenses, el aumento del salario mínimo debe ir acompañado de otras medidas como el control de la inflación e incentivos para las empresas que generen empleo.

En Ibagué, el impacto favorable del aumento salarial está por verse, si se tienen en cuenta factores negativos que persisten, como la alta tasa de informalidad (más del 50% de los ibaguereños que trabajan no cuentan con los beneficios de la seguridad social); el ingreso promedio de los trabajadores está por debajo del mínimo y el desempleo aún es muy elevado (esta es la segunda capital con el mayor número de personas sin empleo); además, el 97% de las empresas son micro o pequeñas y no cuentan con la capacidad de generar empleo a gran escala (el promedio por empresa es de tres). Para completar, este año Ibagué fue la ciudad en la que el precio de los alimentos se encareció más.

De otra parte, están por verse los frutos de las estrategias que ha implementado la Alcaldía como el apoyo al emprendimiento y la formalización empresarial; los beneficios tributarios establecidos para las empresas que se instalen en la ciudad y generen empleo; la promoción de Ibagué como capital turística, cultural, gastronómica y destino deporte. Así mismo, se espera que se implementen las políticas de empleo y de los vendedores informales. También hay cierto optimismo, dado que se espera que el 2023 sea el año de las ejecuciones de la administración local, con lo cual se prevé un aumento en la contratación de mano de obra. 

Sin embargo, si se busca mejorar las condiciones de vida de los ibaguereños se debe comenzar por la adopción de estrategias agresivas y de largo aliento para la generación de empleo formal.


 

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