Es por eso imperioso que las instituciones adelanten acciones que permitan a todas las personas acceder a los servicios relacionados con la salud reproductiva sin cortapisas.
Basta saber que en Colombia se reportan al día 260 casos de violencia contra los menores y lo más grave es que en el 72 % de estos hechos, los maltratadores se encuentran en su entorno familiar.
Los demandantes cuestionan la constitucionalidad artículos como el que establece la “legítima defensa privilegiada” y el aumento de penas hasta 60 años de prisión, por considerarlos desproporcionados y que vulneran el derecho a la vida y el principio de la dignidad humana.
Aunque es un problema que deben atender en primera instancia los entes gubernamentales, el resto de la sociedad puede aportar para aliviar un poco las difíciles condiciones de estas personas.
Se aproxima la Semana Santa, la gran primera temporada vacacional del año, que atrae visitantes, especialmente de Bogotá. Como la campaña ya está en marcha, suponemos que todo estará listo y programado para recibir un buen número de turistas.
Todo vínculo es un retrato o un espejo y la vida crece cuando se comunica. Nos unimos para crear. Existe una conciencia colectiva que nos dispone a conversar, a escuchar, a lograr acuerdos. Está inventado desde el principio de los tiempos. Las diferencias se concilian cuando hay acción de grupo, cuando el camino es la unión de talentos y esfuerzos alrededor del interés común. La historia aporta incontables momentos y procesos de nación que empezaron en la confianza de todos. En la unión de generaciones alrededor de un consenso. Toda antología es personal, pero la vida social transcurre entre seres comunicados que vibran.
Es esencial, por eso, la intervención oportuna de las autoridades electorales, pero es fundamental, también, que los tolimenses denuncien los intentos de fraude y que el día de las elecciones marquen su voto sin presiones.
Los ibaguereños necesitan conocer con urgencia qué se está haciendo al respecto, porque la situación es asfixiante y desesperada para los 124.000 informales, para los 47.000 desocupados (22.000 de ellos, jóvenes) y para los 33.000 subempleados.
Esperamos que el desenlace de esta historia sea afortunado para las víctimas, que después de padecer los múltiples atropellos a los que los sometieron los grupos armados merecen una reparación digna.