La misión de los sabios de 1993-1994

suministradas / EL NUEVO DÍA
Crédito: suministradas / EL NUEVO DÍAIntegrantes de la Comisión de Sabios.
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El Instituto de Innovación Regional del Suroriente del Tolima, una recomendación que sigue viva con Eduardo Aldana Valdés, en Purificación.
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Se puede afirmar que hemos tenido dos misiones de sabios, creadas con la esperanza de encontrar en la mente de sus integrantes, visiones de futuro deseables para el desarrollo del país. 

La primera Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, la integraron diez eminentes pensadores y científicos, entre ellos dos tolimenses; Eduardo Aldana Valdés y Manuel Elkin Patarroyo. Dicha misión culminó con la presentación en 1996 del informe de siete tomos, ‘Colombia: al filo de la oportunidad’.

La segunda es la Misión Internacional de Sabios para el avance de la ciencia, la tecnología y la innovación del año 2019, la más reciente.

La primera misión se ocupó del estudio sobre aspectos relacionados con la educación y el desarrollo científico; la segunda aborda estos dos temas, pero enfatiza en situaciones relacionadas con las tecnologías; la energía sostenible, los recursos hidrobiológicos, la salud y las ciencias básicas, principalmente.

En concreto, de las recomendaciones y retos planteados en estas dos comisiones, ¿qué queda? ¿El Estado ha tomado como guía y fundamento de sus actuaciones los resultados de estas misiones de sabios?

Si se toma como caso lo dicho en el informe ‘Colombia: al filo de la oportunidad’, se debe afirmar que de lo dicho por los ‘diez sabios’ de la primera misión poco queda. 

Suministrada / El Nuevo Día
Suministradas / EL NUEVO DÍA Eduardo Aldana Valdés.

Fue integrada por eminentes pensadores y vale destarar la intervención de nuestro nobel de literatura, Gabriel García Márquez y sus palabras en la proclama, “por un país al alcance de los niños”.

Resuena lo dicho por García Márquez, una creación literaria de mirada hacia la vida de los colombianos en el tercer milenio, una guía para el desarrollo de la educación en muchos aspectos: “Nuestra educación conformista y represiva parece concebida para que los ninfos se adapten por la fuerza a un país que no fue pensado para ellos, en lugar de poner el país al alcance de ellos para que lo transformen y engrandezcan.

“Semejante despropósito restringe la creatividad y la intuición congénitas, y contraría la imaginación, la clarividencia precoz y la sabiduría del corazón, hasta que los niños olviden lo que sin duda saben de nacimiento: que la realidad no termina donde dicen los textos, que su concepción del mundo es más acorde con la naturaleza que la de los adultos, y que la vida seria más larga y feliz si cada quien pudiera trabajar en lo que le gusta, y sólo en eso”. 

Junto a Gabriel García Márquez, completaron el grupo de los diez sabios seleccionados en tiempos del presidente César Augusto Gaviria: Carlos Eduardo Vasco, Ángela Restrepo, Rodolfo Llinás, Manuel Elkin Patarroyo, Marco Palacios, Fernando Chaparro, Eduardo Aldana Valdés, Rodrigo Gutiérrez y Eduardo Posada.

 

Dos tolimenses

Dos tolimenses  hicieron parte de la primera misión de sabios, Eduardo Aldana Valdés, nacido en Purificación y Manuel Elkin Patarroyo, natural de Ataco, ellos siguen haciendo aportes al desarrollo científico del país y sus ideas han llegado a un estado de permanencia que será históricamente reconocido.

Aldana Valdés, hoy se aproxima a los 88 años, que cumplirá el 30 de noviembre, participó en la escritura del capítulo Dos,  Educación para el desarrollo del informe Colombia: al filo de la oportunidad, documento de 652 páginas que contó con la coautoría de los integrantes de la misión; García Márquez, Rodrigo Gutiérrez, Marco Palacios y Carlos Eduardo Vasco. 

Su formación inicial le sirvió para obtener su título de ingeniero civil y posteriormente el doctorado en Sistemas Urbanos, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts en 1968, ha sido protagonista en actividades diversas que le han hecho merecedor del reconocimiento nacional.

Ha estado vinculado a la Universidad de los Andes en cargos de administración académica, entre ellos la rectoría de esta universidad y en la docencia durante 60 años, fue director de Colciencias en 1993 y gobernador del Tolima.

Siempre ha estado aportando con sus ideas y actuaciones al desarrollo de la educación en diferentes ámbitos y niveles educativos.

Por su parte, Manuel Elkin Patarroyo, quien el 3 de noviembre cumplió 76 años, es el creador de la vacuna contra la Malaria que ha suscitado múltiples debates públicos, sigue en la tarea de ser un investigador de tiempo completo en la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, “el científico más conocido y menos convencional de Colombia”, según lo dice la revista de la Organización Mundial de Salud Iniciativa, OMPI (2005).

 

Los siete cambios que propone Aldana Valdés en innovar

La creación del Instituto de Innovación Regional del Suroriente del Tolima, tiene alcances ambiciosos al proponer un nuevo modelo de oferta de educación superior a través de dos ciclos; uno básico y otro avanzado, con el apoyo de instituciones de educación superior. 

“Llegó a tener 300 estudiantes matriculados  que culminaron sus estudios en Unibagué, Uniminuto y la Universidad del Tolima. La idea es comenzar el año 2023 con cien estudiantes. 

“Hemos logrado lo que queríamos, gracias al apoyo de muchas personas y líderes de organizaciones estatales y privadas. Somos una organización privada, con un costo de matrícula de un millón de pesos. No tenemos un grupo de tiempo completo, solo un presidente de Junta Directiva, Adolfo Alarcón, dedicado de tiempo completo al instituto”, dice Aldana.

Suministrada / El Nuevo Día

La visión de vida futura del Instituto Innovar pretende: “Llegar a ser un modelo de educación superior pertinente, de calidades en la provincia, el motor para la construcción de comunidades y región. Convertir al suroriente del Tolima en punto de referencia para el desarrollo económico regional”.

Aldana Valdés, describe así los “siete cambios disruptivos e indispensables para el bienvivir de todos”:

 

Primer cambio: eliminación efectiva de la contradicción entre las normas superiores -Estado descentralizado y autonomía de sus entidades territoriales- con las que rigen los procesos de planificación y de distribución y asignación de recursos.

 

Segundo cambio: oportunidades para todos con educación pertinente.

Un sistema de educación que facilite el acceso a conocimientos apropiados y tejidos territoriales, sociales y de producción, anclados localmente, liberarían el potencial de cada persona para “ser y hacer lo que valora”, en una educación que excluye sin criterios adecuados para medir la complejidad del ser humano, a otra que libere el potencial de todos para construir una vida digna.

 

Tercer cambio: del docente como centro de la clase magistral, al estudiante como actor central del proceso de aprendizaje.

 

Cuarto cambio: desescolarizar la educación básica y media y enriquecer la formación del estudiante con otras modalidades (diversidad curricular, metodologías de escuela nueva, “aprender haciendo”)

 

Quinto cambio: de carreras técnicas y tecnológicas, de dos a tres años de duración, a módulos cortos encadenados, pertinentes para jóvenes desempleados o sin ingresos y la comunidad.

 

Sexto cambio: Instituciones de Educación Superior (IES) con licencias de funcionamiento y programas de mejoramiento permanente que se asocian con institutos de  innovación regional, IIR (INNOVAR, ETDH, Ceres, Miembros de ACIET) para ofrecer conjuntamente ciclos propedéuticos iniciales de educación terciaria y certificar esa formación para ciclos terminales en las propias IES.

 

Séptimo cambio: en la distribución de recursos asignados a la investigación básica y a la innovación tecnológica.

“Colombia tiene menos del 1 % de la población del mundo. Si produjera anualmente ese porcentaje del nuevo conocimiento humano, sería extraordinario y lo podría lograr si más personas acceden a una educación que desarrolle su potencial. El desafío crítico es ¿Cómo accedemos a una selecta fracción del conocimiento mundial?”.

 

Instituto de Innovación Regional del suroriente del Tolima

Para dar una respuesta al interrogante sobre qué se ha convertido en realidad de las extensas recomendaciones hechas por la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo de 1993-1994, Eduardo Aldana Valdés reconoce el programa ‘Pequeños Científicos’, recomendado por la misión para formar el espíritu científico en los niños que comenzó en el año 1998, y sigue con vida en una buena cantidad de establecimientos educativos del país.

Pero hay otra propuesta de esta misión, que Eduardo Aldana Valdés mantiene viva: “proponemos la fundación, en ciudades de menos de 100.000 habitantes y en cada departamento, de Institutos de Innovación Regional (Innovar), dedicados al desarrollo del conocimiento acerca de las tareas propias de la región, a la investigación y al desarrollo agropecuario, minero, pesquero, etc., según las características de la región, en íntima asociación con los productores, a quienes deberá transferir continuamente sus resultados.

“Recomendamos que cada Instituto de Innovación Regional se funde como una institución de investigación y formación, que adopte la forma jurídica de una corporación sin ánimo de lucro en la cual se asocie el Estado con los productores y con intelectuales, profesionales y científicos en pequeñas ciudades o municipios”.

Nuestro sabio y gran pensador del futuro educativo, Aldana Valdés, ha creado el Instituto de Innovación Regional del suroriente del Tolima, en Purificación, en operación desde el año 1998 con sede propia, en alianza  con Unibagué, Universidad del Tolima, Uniminuto y Uniagraria.

 

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Credito
Luis Eduardo Chamorro Rodríguez

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