‘César Gaviria no cabe en la Coalición de la Esperanza’: Robledo

Jorge Enrique Robledo, senador y precandidato presidencial del partido Dignidad.
Crédito: Hélmer Parra / EL NUEVO DÍA.Jorge Enrique Robledo, senador y precandidato presidencial del partido Dignidad.
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A pocos días del cónclave de centroizquierda, el senador y precandidato presidencial Jorge Robledo aseguró que los partidos tradicionales que ayudaron a elegir a Iván Duque no pueden estar en la Coalición de la Esperanza.
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Se va marchar del Congreso con un número redondo en su haber: diez años ininterrumpidos elegido como el mejor senador de Colombia. ¿A qué se lo atribuye?

 

Después de echarle cabeza al asunto, llegué a la conclusión de que quienes me respaldan, me ven como una persona cuyas actuaciones están determinadas por preocupaciones de fondo de la vida del país. Es evidente que no soy un politiquero ni un traficante de la política. Lo que me inspira es la vocación de servidor público y ejercerla con seriedad. Eso me obliga a seguir trabajando con juicio en lo que me queda como congresista y de pronto como presidente de la República.

 

¿Qué espera que surja del cónclave de centro?

 

Realmente no es fácil saberlo. Es un cónclave que tiene que ver con que si este proyecto se va a sostener y yo creo que así será, como un proyecto de oposición al Gobierno de Iván Duque y los partidos tradicionales. Estoy convencido de que la Coalición se va a mantener en esa posición y ya veremos qué dicen otros.

 

El llamado al cónclave llevó a la interpretación de que la Coalición de la Esperanza estaba atravesando por una especie de crisis. ¿Es así?

 

No, no es por eso. Hay que definir de una vez por todas si en este proyecto va a caber César Gaviria y el partido Liberal que él representa, es decir, los duquistas. Si eso ocurre, podrían caber los otros partidos. La Coalición lo ha dicho desde el primer día: no caben en este proyecto, porque esto es para transformar a Colombia. No podemos terminar hablando con los mismos que han sido el pilar de este gobierno y de todos los que lo antecedieron. Eso es inaudito.

 

Pero ahora que se conoció de un rompimiento entre Cesár y Alejandro Gaviria, la posibilidad de un acuerdo se acerca…

 

Vamos a ver ese pleito en qué termina, porque la vida de los seres humanos y los políticos está llena de rupturas y reconciliaciones.

 

¿La Coalición si podrá permitirse hacer algunas concesiones sin ser desleal al imperativo moral que se han impuesto?

 

La Coalición es de una gran amplitud y bienvenidos todos. Este es un proyecto de puertas abiertas con controles políticos sensatos. Está llegando mucho liberal y conservador, pero otra cosa son las estructuras políticas que eligieron a Duque y lo han sostenido a lo largo de este tiempo. No se puede pretender en política que no haya definiciones programáticas y que esto sea una cosa de amontonarse. No puede ser así.

 

¿Cómo afecta a la Coalición de la Esperanza la decisión de Alianza Verde de dejar en libertad a su militancia?

 

Hubiéramos preferido que no hubiera dado libertad sino que ingresaran a la Coalición para la Presidencia, pero hay un hecho cierto y es que Carlos Amaya, un distinguido dirigente de Alianza Verde, va a estar de precandidato en la Coalición y estoy seguro de que la mayoría de los congresistas ‘verdes’ van a estar acá. Lo otro es que ellos nos han propuesto unificar las listas de Senado y Cámara con nosotros y estamos trabajando en eso. 

 

Más allá de la Coalición, que es la sombrilla de ese proyecto, ¿Cómo va su candidatura por Dignidad?

 

Estamos muy contentos. Dignidad se está consolidando cada vez más como un proyecto serio que crece con gente que no estaba en el Polo sino que tiene un origen político distinto. Y mi candidatura va muy bien también. Vamos a competir fuerte en la consulta de marzo. Mi aspiración es ganar para ser el candidato de la Coalición. Estamos muy optimistas de que cualquiera de la Coalición va a la segunda vuelta. 

 

¿Qué análisis hace de las encuestas y el hecho de que Gustavo Petro esté tan encumbrado?

 

Encumbrado es muy relativo. Está como en el 20% en las encuestas y eso fue lo que tuvo en la primera vuelta del 2018. Acuérdese que esa vez él le ganó a Sergio Fajardo y pasó a la segunda vuelta con el 1% de los votos. Los petristas dicen que ya está en segunda vuelta, pero eso no resiste ningún tipo de análisis.

 

¿Qué opina de la coalición de centroderecha llamada Equipo por Colombia?

 

Ese es un equipo de duquistas. Si usted los revisa, los que están ahí con estructura política son los mismos que eligieron a Duque y los que le han hecho las mayorías en el Congreso. Como el descrédito de Duque es tan grande, quieren presentarse como el cambio, cuando son responsables del desastre del país. Colombia no puede seguir siendo un país que le funcione bien a unos pocos y al resto le toque el sufrimiento, el hambre, la violencia. Todos los que han estado con Duque quieren que esto siga igual.

 

Prioridad resolver el desempleo y la pobreza

 

¿Cuál es el tema más urgente del que se debe ocupar el próximo presidente?

 

El principal problema, de lejos, es el desempleo y la pobreza, que van juntos. Las cifras son aterradoras: 12 millones de personas que quieren trabajar no han podido, 5 millones se fueron al exterior porque no consiguieron trabajo, apenas una cuarta parte de quienes trabajan en la informalidad cotizan a pensiones. Si usted no resuelve ese desastre, no resuelve ningún problema. Mi propuesta es crear fuentes de empleo, para eso propongo que se unan los asalariados, campesinos, indígenas, clases medias y empresarios, y cambiar el modelo económico neoliberal que destruye la industria y el agro. Es que el país está gobernado por gente que prefiere traer del extranjero lo que podríamos producir acá.

 

Usted conoce muy bien el problema de desempleo de Ibagué. Para el caso local, en términos prácticos, ¿cómo funcionaría esa fórmula para generar empleo que plantea?

 

Aquí hay que hacer reformas que no ahoguen la producción nacional. Vamos a poner un ejemplo: en Ibagué había un número bien importante de empleos en la industria de las confecciones, pero se perdieron por las importaciones asiáticas. El arroz tiene una sentencia de muerte con los tratados de libre comercio. En mi gobierno vamos a subir los aranceles para proteger la creación de fuentes de empleo, crear planes de empleo particulares del Estado colombiano y bajar la tasa de interés del crédito y ampliar su cobertura. 

 

¿Cuál es su postura frente a la extracción de minerales e hidrocarburos?

 

Yo tengo una frase: minería sí, pero no así. El mundo no puede existir sin minería porque todo lo que nos rodea proviene de ahí. Por supuesto, hay proyectos mineros, como La Colosa, que no se deben hacer. Hay que hacerla bien hecha ambientalmente, porque la gran minería paga los impuestos y las regalías. Se tiene que formalizar la minería informal y que las relaciones laborales protejan a los trabajadores. Renunciar a ella sería un error garrafal.

Gustavo Petro se equivoca cuando dice que va a prohibir la exploración y exportaciones de petróleo, porque eso destruiría el aparato productivo nacional y no contribuiría en resolver el problema del calentamiento global, porque Colombia apenas aporta el 0.6% de los gases de efecto invernadero, que tienen que ver mayormente con la deforestación. O sea, si Petro prohíbe, en cosa de días los niveles de desempleo, pobreza y miseria se dispararían.

 

Cero corrupción

 

El presidente Duque gobernó el primer año con la política de antimermelada, pero después cedió a las presiones o las extorsiones del Congreso. ¿Qué hacer para frenar eso?

 

Duque prometió lucha antimermalada pero haciendo pistola con los dedos de los pies para que no se notara la realidad de lo que estaba haciendo. Además es al revés: son los presidentes los que extorsionan al Congreso. Aquí al Ministro de Hacienda lo ponen a utilizar el presupuesto para someter a las mayorías del Congreso. Siempre es el más poderoso el que extorsiona al más débil.

 

¿Entonces cómo romper ese maridaje?

 

Eligiéndome como presidente de la República, porque nosotros no vamos a actuar así. Me voy a relacionar con el Congreso, pero con un talante democrático. Mi gobierno será de cero tolerancia con la corrupción. Los ladrones y los alcahuetas no pueden seguir mandando en Colombia. Nadie podrá ser parte de mi estructura de gobierno si no la enfrenta con la misma seriedad y rigor. Ni corruptos ni alcahuetas en mi gobierno.

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Credito
Redacción El Nuevo Día

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