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La ciudadanía expresó un mandato de cambio en las urnas. ¿Usted por qué elige la versión que propone Gustavo Petro?
Petro es uno de los estadistas más importantes de América Latina. Conoce a profundidad las causas estructurales de los conflictos, por eso puede proponer soluciones técnicas, estructuradas y proyectadas de forma estratégica. Ese conocimiento hace que su programa sea sólido, argumentado y sostenible.
Además, al Tolima le iría muy bien con Gustavo Petro porque plantea poner de nuevo la agricultura en el centro del desarrollo económico. Tolima, cuya riqueza dependía en un 40 % de la agricultura hace 30 años, tiene todas las posibilidades de prosperar económicamente porque su vocación está en el agro.
Petro ganó en Ibagué, pero perdió en el Tolima. ¿Qué lectura hacen de ese resultado?
En las urnas se expresó un deseo de cambio profundo y un castigo a la clase dirigente. Los que votaron por Hernández lo hicieron creyendo que representa un liderazgo contra la corrupción, pero los escándalos que hemos conocido de su paso por la Alcaldía de Bucaramanga, sus negocios y lo que es su personalidad, desdibujan esa idea. La clase política que está en el poder camufló su verdadera candidatura y eligió al ingeniero, cosa que la gente del Tolima no comprendió bien. Esperamos que recapacitará y repensará su voto para que vote por quienes sí representan un cambio: Petro y Francia.
A diferencia de Hernández, a Petro parece que se le achicaron los espacios para crecer electoralmente. ¿Cuál es la estrategia para ganar votos?
Creo que la candidatura sigue creciendo. Pasamos de tener el 9 % de los votos del Tolima en la consulta presidencial de 2010 al 25 % en 2018 y al 40 % en 2022. Es decir, es una propuesta que ha crecido progresivamente. No creo que haya llegado a su techo electoral. De hecho, con relación a la segunda vuelta de 2018, obtuvimos 500.000 votos nuevos.
Sin embargo, estamos trabajando en tres líneas: ganar más confianza y compromiso de la juventud, porque será la más beneficiada con la apertura de oportunidades; invitar a más mujeres, porque en un eventual gobierno del ingeniero se podría retroceder décadas de luchas y derechos conquistados, y fortalecer la pedagogía para que la gente comprenda las diferencias entre el supuesto cambio de Rodolfo y el cambio real del Pacto Histórico.
Algunos analistas sostienen que el petrismo más radical tiene que hacer un acto de contrición porque las descalificaciones y los ataques contra el centro llevaron a que algunos de sus líderes prefieran irse con Rodolfo Hernández. ¿Cree que es así?
Cuando se ha crecido tanto electoralmente, como es el caso de Petro, es difícil manejar el comportamiento de millones de sus seguidores en redes. Un mensaje reiterativo de él es la política del amor, por eso se ha puesto a reflexionar al petrismo para que renueve lenguajes y prácticas. Cuando uno convoca la política de amor, la paz, la reconciliación y la verdad, tiene que ser la política del ejemplo. Quien sea agresivo, tiene que reflexionar porque Petro es el primero en decir que tenemos que vernos desde el respeto y la diversidad.
¿Cree que Petro tiene que moderar algunas de sus propuestas para intentar captar a más líderes de centro?
Las propuestas de Petro se han moderado desde la pasada contienda presidencial. Por ejemplo, pasó de proponer la eliminación de las EPS a plantear un modelo mixto de prestación de servicios a través de estas figuras. Y si el sector empresarial cree que hay propuestas que deben moderarse, Petro propende por un gobierno que buscará todas la voces en un proceso de negociación que permita tener un gobierno que promueva la justicia social y la redistribución de la riqueza, que genere confianza a los inversionistas y empresarios, y que tenga un compromiso profundo con superar la desigualdad.
Algunos simpatizantes de Hernández se preguntan: si a Petro le parece tan mal candidato hoy, ¿porque lo invitó en el pasado a sellar una alianza?
Porque no se conocía todo lo que hoy sabemos de él. Gustavo Petro fue amplio y generoso al convocar la más amplia convergencia nacional por este proyecto político, pero no teníamos clara la magnitud de lo que representa Rodolfo Hernández en términos de corrupción, clientelismo y clase política tradicional.
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