Niños del páramo vivieron una experiencia llamada Ibagué

SUMINISTRADA – EL NUEVO DÍA
Con el propósito de conocer a fondo su territorio, cinco estudiantes de la escuela El Salto recorrieron varios lugares en el Cañón del Combeima y otros atractivos en la capital del departamento junto a sus familias.

Descender de las apacibles tierras del páramo en la gran montaña Dulima, o nevado del Tolima, para conocer fascinantes lugares de la ciudad, fue el plan que disfrutaron cinco niños que asisten a la escuela El Salto durante dos días.

Con el propósito de brindarles una jornada diferente a lo que viven en su cotidianidad, los pequeños junto con sus padres, gozaron de una agenda que los llevó por el Cañón del Combeima y algunos lugares de Ibagué, en torno a la cultura y el aprendizaje.

Así fue como muy temprano en la mañana del primer día, arribaron a Juntas, el corregimiento que abre las puertas al Parque Nacional de los Nevados para conocer a detalle su territorio.

Visitaron la reserva natural La Rivera, donde por primera vez montaron un teleférico, conocieron animales como avestruces y se divirtieron en un campamento astronómico con cine bajo las estrellas.

Además, exploraron el parque de diversiones temático Yaguare, en el que sorpresivamente las actividades didácticas los conectaron aún más con la naturaleza, la academia y la alegría de aprender en familia.

 

Un gesto de reciprocidad

“Nos sentimos muy contentos de haber realizado esta salida. Es tanto para nosotros como montañistas, quienes nos sentimos protegidos por ellos al paso de nuestros ascensos, así como la comunidad, haber pasado un buen momento como este”, afirmó Jorge Luis Torres, uno de los gestores de la actividad.

Cabe resaltar que la iniciativa surgió de un grupo de montañistas que constantemente visita la zona, y que vio la importancia de generar en los más pequeños el conocimiento de su territorio.

Así las cosas, se sumaron más personas y procesos como la docente de la escuela El Salto, Sebastián Sánchez de Ruta de Montaña, Cruz Roja, restaurantes como Sabores de Montaña, Sabores Únicos, la Fábrica de Licores del Tolima y otros, quienes aportaron logística, elementos que les son útiles en el campo y juguetes para cada niño.

 

Dos días de aventura

Luego, los niños y sus familias recorrieron las principales calles y avenidas de Ibagué para ampliar el perímetro de su imaginario de ciudad y conocer de viva experiencia, dinámicas que eran desconocidas, pero resultaron siendo edificantes.

Espacios como el restaurante El Ilustre donde la oferta gastronómica activó otros sentidos, se unió a la experiencia de ‘Veterinarios por un día’, en el Hospital Veterinario de la Universidad del Tolima.

Quizá “ponerse en los zapatos” del profesional que atiende muchas veces a los animales de sus fincas, les hizo ver lo fascinante de la academia y cómo pueden aportar a su gente en un futuro no muy lejano.

Sonrisas y mucha satisfacción fueron resultado de la salida que celebraron comiendo helado en la Plaza de Bolívar donde se propusieron continuar con la iniciativa.

 

Escuela El Salto

Ubicada a 15 kilómetros del corregimiento Juntas, en el Cañón del Combeima, este centro educativo se mantiene a pesar de las adversidades del tiempo, clima, distancia y atención del Estado.

Actualmente cuenta con cinco estudiantes, quienes se desplazan por varias horas -entre 4 y 5- en caballo o a pie, para llegar a clase y cumplir con su labor escolar.

Muchos de ellos, pertenecientes a la nueva generación de guardianes que protegen el páramo y en total al nevado del Tolima, no conocían o solo habían estado de manera fugaz en la ciudad.

La experiencia de haber estado en sus calles, conocer otras dinámicas de ciudadanía y reiterar su procedencia rural, fortaleció su idiosincracia y generó nuevas proyecciones.

 

Dato

En la escuela El Salto estudian niños de varias edades que comparten sus aulas para educarse. No obstante, se hace necesario un mayor acompañamiento de las entidades del Estado para su mantenimiento.

 

Dato

Para llevar a cabo la ruta, iniciativas como restaurantes, empresas operadoras de turismo, instituciones de educación superior y montañistas unieron esfuerzos para hacer felices a los pequeños.

Credito
ALEJANDRA CAVIEDES

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