Adiós al ingeniero civil que se la jugó por construir el desarrollo del departamento

Crédito: Archivo - EL NUEVO DÍA
A sus 90 años de vida partió de este mundo el ibaguereño Jaime Corredor Arjona, un hombre que desde joven se trazó el compromiso de hacer crecer su región, por ello, logró dejar una gran huella arquitectónica en la capital tolimense.
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Con la ilusión de lograr que el Tolima fuera una región próspera trabajó toda su vida el ibaguereño Jaime Corredor Arjona, desde su profesión como ingeniero civil, dejó una gran huella no solo en su ciudad natal, sino también en varios municipios vecinos.

El hijo de Jaime Corredor Castañeda y Laura Arjona, nació en el barrio La Pola, sus estudios de bachillerato los adelantó en el colegio San Bartolomé de Bogotá, mientras que la carrera como Ingeniero Civil la hizo en la Universidad Nacional.

Siendo fiel a su pensamiento, al lograr su título en 1953, regresó al Tolima para aportar con sus conocimientos al progreso de la región, en su listado de proyectos se cuenta varias edificaciones insignias del centro de la ‘Musical’.

Algunas de esas estructuras son la Beneficencia, ubicada en la calle 12 entre carrera Segunda y Tercera, el antiguo Almacén Ley o edificio López de Galarza, el emblemático Hotel Ambalá, el Círculo de Ibagué, la torre del Palacio de Justicia ubicado en la carrera Segunda entre la calles Octava y Novena.

Igualmente, la estructura del Edificio Bancolombia, las piscinas olímpicas, el coliseo Enrique Triana Castilla de la calle 42 entre carreras Cuarta y Quinta, al igual que la cárcel de Picaleña.

Sobre esta última estructura, en entrevista con EL NUEVO DÍA en febrero de este año, narró con gracia que “la construcción de la cárcel de Picaleña en el año 59 es una historia muy simpática, a mí, por cuestiones políticas, me separaron, pues yo no era ni muy Liberal ni muy Conservador. El Gobernador de la época no era muy politiquero, era como de la familia de los Neira, y al final me gané para construir toda la estructura”.

A nivel regional también se cuentan proyectos como el Hotel de Hidroprado, la casa de máquinas de la represa, los planes de vivienda con la Pastoral Social en Lérida, Mariquita, Ambalema y Honda, mientras que a nivel nacional se suman distintas obras como el edificio de la Caja Agraria de Armenia.

Fundador y funcionario

En 1958 fundó la Sociedad Tolimense de Ingenieros y la Caja de Compensación Familiar de la Sociedad de Ingenieros, Cafastia. En 1959 promovió y participó en la creación del Club Rotario.

En 1964 aportó a la fundación de la Asociación para el Desarrollo del Tolima, ADT, según la reseña de Tolimenses que dejan Huella, de esta propuesta que buscaba respaldar e impulsar la creación de empresas en la región, surgió la empresa Aires y la Corporación Universitaria de Ibagué en 1980 hoy Universidad de Ibagué.

En esta alma máter creó el programa de Ingeniería Civil, fue director y profesor por cerca de 10 años.

La vicerrectora Gloria Piedad Barreto comentó que fue “ejemplo de honestidad, sinceridad y de apoyo a quienes cada día aprendimos y crecimos profesionalmente”.

En el sector oficial se le recuerda como secretario de Obras Públicas durante la administración del gobernador Alberto Rocha Alvira en 1962, fue concejal de Ibagué entre 1970 y 1972.

Asimismo, en 1998 estuvo en la gerencia de la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado, Ibal, durante el mandato de la alcaldesa Carmen Inés Cruz, quien lo recuerda como “extremadamente profesional, meticuloso, disciplinado y muy comprometido con su trabajo”.

Al frente de esta entidad por un año, logró la construcción de la segunda planta en el barrio La Pola, igualmente, la línea de conducción de la Planta al Tanque Ambalá, lo que permitió aumentar la capacidad para la potabilización de agua y ampliar la cobertura en las comunas seis y siete.

De la misma forma, en ese periodo se optimizaron los procesos en la planta de tratamiento de aguas residuales El Tejar.

En 1992 junto a otros tolimenses, le apostó a la creación de este periódico como accionista y miembro de la Junta Directiva.

Y su amor por la música, al igual que el de aportar a su departamento, lo llevó a integrar por más de 20 años el Consejo Superior del Conservatorio del Tolima.

Credito
EL NUEVO DÍA

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