Darío Ortiz, o la sensibilidad por el arte y la cultura

SUMINISTRADA – EL NUEVO DÍA
Goya en Ibagué: La Exposición pictórica más importante que se haya realizado en el Tolima. Su artífice, Darío Ortiz, el pintor más internacional del Tolima.

Francisco José de Goya y Lucientes en el Museo de Arte del Tolima, MAT, es en sí un acontecimiento. Un lujo que solo se dan los museos más importantes del mundo, como el Metropolitano de New York, el Louvre de París o el de Bellas Artes de Moscú. Goya es el pintor español más icónico de todos, en medio de una constelación de grandes en la que sobresalen Velázquez, Picasso, Dalí, Sorolla y Miró.  Ibagué nunca había sido escenario de un acontecimiento semejante en materia de artes plásticas. La ciudad está de plácemes. De esta manera, el MAT da un salto importante y se ponen a tono con el Museo del Prado, que por estos días tiene una exposición de este mismo artista, con ocasión del bicentenario de su fundación. 

El hecho pues, no es de poca monta. Y no es casual que el responsable de esta audacia sea Darío Ortiz, el pintor más destacado que tenemos en nuestro solar nativo, quien es, al mismo tiempo, presidente del MAT. Esta entidad estaba ad portas del cierre, pero con esta Exposición vuelve a vivir y con más brío. Una noticia que siembra esperanza en el futuro de nuestra capital. Además, consigue que amplios sectores de la ciudad y del país pongan sus ojos sobre él, y se convierte, junto con el Conservatorio de música, en un importante referente cultural de la región. Digo que no es casual que Darío sea el ‘culpable’ de esta hazaña, pues aparte de ser el artista tolimense más internacional, es posiblemente el tolimense con mayor sensibilidad por el arte y la cultura. Sé por experiencia propia, que cuando se vive fuera del país, los sueños vinculados con la tierra se exacerban, y en el caso de Darío Ortiz, que el Tolima tenga un museo de talla nacional es un sueño de perfiles casi existenciales. 

 Con Darío mantengo desde hace algunos años una conversación permanente, que la distancia y los acelerados ritmos de vida no han logrado interrumpirnos. Conversar con él es un deleite. No exagero cuando digo que es un ciudadano del mundo y una de las personas más y mejor informadas que conozco. Cuando algo importante sucede en México, en donde reside desde hace 6 años, no dudo en auscultar su opinión, siempre crítica, analítica, perspicaz. El país azteca ha sabido acogerlo con la amplitud que lo hizo con otros artistas colombianos, García Márquez y Mutis, entre ellos. Llegó allí tras un periplo de varios años que comenzó en Florencia, la histórica cuna de los Médicis, siguió en Miami y Nueva York, y luego en el Madrid de Goya. En el país azteca ha realizado más de treinta exposiciones nacionales e internacionales.

 Cuando me comentó de esta iniciativa, pensé para mis adentros, ¿qué nos querra decir Darío trayendo a uno de los pintores más críticos de la sociedad de su tiempo como lo fue Goya? En toda acción humana se conjugan pensamientos y sentimientos, y el sentimiento suyo hacia el MAT e Ibagué son evidentes. Con los pensamientos, en cambio el asunto no es tan sencillo. Razón tenía José Palacios, cuando al referirse a Bolívar afirmaba: “Lo que mi señor piensa, sólo mi señor lo sabe”.  La noche anterior a la inauguración de la Exposición me encontré con Darío en Ibagué, nos vimos para conversar sobre esto, en torno a una cerveza y una hamburguesa, de repente mi vocación periodística afloró y me descubrí haciéndole preguntas, tratando de sondear sus pensamientos. Darío – le dije - supongo que con Goya en Ibagué se rompe un aislamiento provinciano, y que la ciudad se conecta con una corriente más cosmopolita. Esto es algo muy positivo, pero, ¿por qué precisamente Goya?

Hombre, Goya es un ejemplo para nosotros los artistas, sobre la importancia de aprender a cuestionar la sociedad y a sus líderes, pero más allá de eso lo que queremos es que el MAT entre en sintonía con lo que se expone en otros lados del mundo y cumpla una función pedagógica. Los museos que solo exponen lo regional incurren en un error, pues sin intercambio no hay crecimiento. Además, los tolimenses todos, deben tener la oportunidad de ver este tipo de obras, no todas las personas tienen recursos para pagarse un viaje a Madrid e ir al Museo del Prado. Se trata de acercar el arte a la gente del común.

 ¿Traer a Goya permite que la ciudad deje de mirarse el ombligo y levante la cabeza?

Sí, por supuesto. Al traer expos que no circulan fácil por Colombia también estamos tratando que el Museo se convierta en un polo de turismo cultural regional. Hay que tener presente que el MAT es el único museo de artes plásticas de la región sur, el único. Ni Huila ni Caquetá tienen museos, y este tipo de exposiciones no se hacen en Caldas. Entonces, Ibagué se convierte en una opción para la región sur del país. Fuera de Bogotá, hacia el sur, los museos de referencia son la Tertulia de Cali y sobre todo el de Rayo en Roldanillo. 

Me da la impresión de estar escuchando a un dirigente gremial, que ama a su tierra y quiere proyectarla… pero yo quiero que me hable el artista, y que me hable de Goya.

Goya es un pintor universal. Son pocos los artistas que logran mantenerse vigentes con el paso de los siglos. Goya es uno de ellos. No es un monumento de museo valioso por lo viejo, no, es un artista de actualidad demostrada y permanente. Su actitud de independencia hacia el arte y de crítica a la sociedad lo convierten en un artista contemporáneo de primer nivel. Estamos en presencia de un artista que ha logrado permanecer y mantenerse vigente.

¿El arte tiene un compromiso político y social, en la más amplia acepción de la palabra?

Por supuesto… los pueblos no son recordados por nada diferente a sus hechos culturales. Panteones, pirámides, obras cumbre como el Quijote, Cien años de Soledad o Hamlet, o pinturas como la Mona Lisa, Guernica, hablan más de su tiempo y de los pueblos que los forjaron que de los manuales de estadística y que de la interminable sucesión de burócratas que tuvieron.

¿Y perdura más el mensaje o la estética?

Mientras perdure la obra, perdura todo. Perdura el creador, la estética, el mensaje. Lo que cambia son las calificaciones y valoraciones sobre esas tres cosas. A veces son más vigentes unas que otras. Pero ahí están esos deportistas de Olimpia, símbolos de la cultura griega hechos mármol.


Pero el arte lleva implícita la importancia de un mensaje. ¿O acaso, puede haber arte sin mensaje? ¿Estética sin contenido?

Muchos llaman a eso artesanía, cosas bonitas que no dicen nada. Aunque a veces los mismos tiempos exigen un arte de silencio y complacencia. Los modernismos de la posguerra eran apolíticos, como una forma de contrarrestar la visión exageradamente política de muralistas y de artistas nacionalistas del período de entre guerras. Guardar silencio desde la perspectiva política era su manera de decir algo. Son las circunstancias y las coyunturas.


¿Si tuvieras que elegir entre la Maja desnuda y el 2 de mayo, con cuál te quedarías?

Sin dudarlo con el 2 de mayo, con la revuelta popular… la Maja por supuesto muestra a un libertino librepensador que siendo un hombre del vulgo es capaz de desnudar a la nobleza rompiendo con clases y castas, y eso tiene mucho valor. Sin embargo, el 2 de mayo, muestra a un cronista de su tiempo que se indigna y se duele ante una tragedia. Es una obra testimonial desprovista de los discursos metafóricos y grandilocuentes de su tiempo. Aparentemente no busca la propaganda sino la verdad. Y esto es más notorio cuando vemos que Goya era un afrancesado, pues consumía los productos intelectuales de la revolución francesa y sus escritores previos.

 

Exposición en el MAT

Goya en Ibagué está siendo un éxito. Entiendo que la Exposición la han visto más de 14 mil personas. Una cifra que habla por sí sola. ¿Qué viene ahora?  

Esta exposición demuestra que, si la oferta es buena, el público responde. El Tolima puede con grandes cosas, cuando se lo propone. Qué viene ahora, te lanzo un reto, hagamos conjuntamente, entre el MAT y Funbotánica, una exposición de cincuenta láminas de la Real Expedición Botánica, centrada en los pintores que participaron en ella. Estas láminas salieron de Colombia y no han vuelto nunca, eso traería gente de todas partes del país, incluso de otros países, por ejemplo, de Ecuador. Reposicionaría a Ibagué y a Mariquita como centros culturales. Hagamos una Exposición centrada en la obra de Francisco Javier Matís (de Guaduas) y Salvador Rizo (de Mompox). Ahora soy yo, quien pregunta, ¿Cómo la ves?

Pues sencillamente descomunal, por supuesto. Es una empresa de grandes ligas. El Real Jardín Botánico cuida esas láminas como un tesoro sagrado (es lo que realmente son), pude ver algunas de ellas hace un par de meses y quedé extasiado. ¿Qué hacemos para ello? No es un secreto que ni el MAT ni Funbotánica tienen recursos para adelantar una empresa de esta dimensión, pero claro que te acepto el reto. Comencemos a golpear puertas. Quién quita que algunas se abran y le demos al Tolima y a Colombia una satisfacción y un placer que se merecen. 

 Con Goya en Ibagué Darío Ortiz demuestra que no es solo un gran pintor extasiado entre sus lienzos y pinceles, sino que es un gestor cultural que ama su tierra y está más que comprometido con el MAT.  No tengo duda alguna de que es un activo muy importante que tiene el Tolima. Ojalá los tolimenses sepamos aprovecharlo y apoyemos este tipo de emprendimientos y esfuerzos. En lo personal, me complace enormemente reiniciar con él una serie de conversaciones que realicé hace más de dos décadas en este mismo periódico, cuando entrevisté a varios tolimenses, cuyo principal elemento común era su compromiso y fe en el Tolima. A esa serie la llamé El alma de mi raza.  Ahora que tengo nuevamente un pie en el Tolima, siento que es necesario volver a conversar, y ese reinicio se dio, sin proponérmelo con Darío Ortiz, una persona que es capaz de dejar los pinceles en remojo para ponerse el overol de quienes saben trabajar por su tierra, sin más retribución que el cariño y el respeto de sus coterráneos. 

Credito
GUILLERMO PÉREZ FLÓREZ

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