En un sondeo realizado por EL NUEVO DÍA con ibaguereños que asistieron al Gran Concierto Nacional y los que han participado de las demás actividades que se han desarrollado en la Concha Acústica 'Garzón y Collazos', se pudo establecer que unos de los mayores inconvenientes que afectan el normal desarrollo de los eventos en dicho lugar son el sonido, la seguridad y el escenario.

El que sea un espacio al aire libre hace que éste sea un lugar para eventos nocturnos, claro, si no llueve, o de poca afluencia de personas cuando las actividades se llevan a cabo en horarios diurnos; además, no cuenta con la seguridad suficiente para una actividad gratuita.

“La Concha es un lugar al que todo el mundo puede entrar por cualquier lado y hace que cualquiera meta lo que quiera ahí y, fuera de eso, cuando llueve uno se moja o uno no se aguanta el calor del Sol y no se puede ver algo tranquilamente”, afirmó la ibaguereña Juana Ovalle.

Por su parte, María Losada, otra ciudadana que asiste a los eventos que se organizan en dicho espacio, manifestó que “hace falta un techo para la Concha, porque cuando hacen los conciertos por las tardes a uno no le dan ganas de ir y por eso la gente se va ya cuando llega la noche y no puede ver todo desde el principio”, dijo.

Las ciudadanas mencionadas dijeron a esta redacción que otros escenarios podrían ser utilizados para una mayor seguridad y tranquilidad del público, puesto que la afluencia de personas no es controlada en la Concha Acústica.

Ante esta situación, la secretaria de Cultura, Turismo y Comercio, Ángela Viviana Gómez, afirmó que una de sus iniciativas es la de fomentar el uso de los espacios culturales, como lo es la Concha Acústica 'Garzón y Collazos', pues “no hay que dejar perder estos lugares para la expresión artística”.

En cuando al problema de la lluvia y los rayos del Sol, la Secretaria manifestó que se está preparando un “proyecto macro” para techar la Concha, “pero hasta ahora se está desarrollando como proyecto porque, por el momento, no hay presupuesto y está proyectado para que la próxima Administración lo lleve a cabo si bien considera”, aseveró.

¿Qué pasa con el sonido?

Por otro lado, lo que más ha sido cuestionado en los últimos eventos, como el Festival Folclórico Colombiano y el que se efectuó el pasado miércoles con motivo del Día de la Independencia, es el manejo del sonido.

Si bien es cierto que en el Gran Concierto Nacional las bandas musicales que llevan una larga trayectoria en los diferentes escenarios nacionales hicieron 'tronar' la Concha, las locales tuvieron sus inconvenientes. En cuanto a las presentaciones del Festival Folclórico, en su mayoría, tuvieron fallas por este tema.

A simple vista, la producción y los equipos de sonido son los mejores, pero ¿qué hace falta para que no suceda esto? Artistas ibaguereños y tolimenses, o que trabajan en escenarios donde se aprende y enseña música, como la rectora del Conservatorio del Tolima, Luz Alba Beltrán, concuerdan en que un buen manejo de los equipos, así no sean de última tecnología, permite desarrollar un evento agradable para el oído.

“Es necesaria la formación profesional, porque algunas entidades pagan el servicio a personas que no tienen la formación y es sólo gusto y el deseo de hacerlo, entonces se requiere de expertos para que puedan hacer una debida amplificación de los eventos”, acotó.

Un claro ejemplo son, como se mencionó anteriormente, las diferencias significativas que existieron entre los grupos locales y las de mayor recorrido musical, ya que estas últimas manejaron sus propios ingenieros de sonido, dejando constancia de que lo importante no es lo de última tecnología, sino el manejo que se le da a los equipos.

Sin embargo, esto no desacredita el esfuerzo y el resultado final de las diferentes actividades lideradas por la Secretaría de Cultura, Turismo y Comercio de la ciudad, ya que la totalidad de los entrevistados afirmaron estar a gusto con lo que se les ha ofrecido.

“Con Doctor Krápula y Dafne Marahuntha fue muy 'severo' ese concierto, estuve todo el día y me aguanté todo lo que hubo antes para verlos, esta vez se lucieron”, dijo Juan Carlos Otálvaro, un joven de 18 años. Otros, como Jaime Becerra, afirmaron que fueron “muy organizados, muy buen sonido y artistas muy talentosos”.