Ocho años del MAT, a punta de arte

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
El Museo de Arte del Tolima, construido durante la gobernación de Guillermo Alfonso Jaramillo, ha vivido las más duras carencias económicas; sin embargo, el amor al arte ha sido más fuerte en sus ocho años de 'vida'.

Desde su inauguración, el 19 de diciembre de 2003, el Museo de Arte del Tolima, MAT, ha sorteado toda clase de retos, desventuras y apoyos para buscar posicionarse en la entrega del más selecto arte plástico y visual ante la región, el país y el mundo.

Con esta institución, construida en el último año de gobernación de Guillermo Alfonso Jaramillo, se quiso materializar la idea del pintor Darío Ortiz Robledo y el escultor Germán Botero de complementarse a un espacio que ya ocupaba la Casa de la Cultura Álvaro Mutis.

Así, con 900 millones de pesos dados por el Gobierno seccional a una primera junta directiva y a la Corporación Museo de Arte del Tolima, se dio inicio a los trabajos en 2002, en un proceso de un año, según contó María Márgareth Bonilla, su actual directora.

“La idea era fusionar la construcción nueva con la antigua. Este diseño lo ganó el tolimense José Roberto Buenaventura, previo estudio de diferentes museos en el mundo para que no se generara tan altos costos de sostenimiento, y para poder manejar muestras de talla internacional”, expresó.

Primer 'pincelazo'
Pero el inicio no fue color de rosa, pues el día de la inauguración estaba terminado sólo el 70 por ciento del Museo; zonas como el acceso de obras, el auditorio, la zona de talleres se encontraba en obra negra y faltaban espacios como la biblioteca, la tienda y los baños.

“Se inauguró así porque finalizaba el gobierno y había que dejar el museo para luego empezar a trabajar por él. Se abrió en enero de 2004, con cero presupuesto y tres personas: la directora Carmen Julia Laserna, una secretaria y una mujer de servicios generales por días”, indicó.

Este primer personal funcionó ad honorem. “Lo lógico es que en un museo de la ciudad y el departamento de los presupuestos oficiales se destine una base para el sostenimiento y la entidad postula proyectos para conseguir el resto: aquí no sucedió así; se abrió con voluntades”, dijo.

En marzo de 2004, María Márgareth, quien había estado vinculada con el MAT desde su concepción, asumió la dirección tras la salida de la señora Carmen Julia. Esta labor la desempeñó por encargo durante dos años y también ad honorem.

Fue una época difícil, pues, según comentó Bonilla, los altos costos de los servicios públicos eran constantes y la falta de dinero lo hacía más grave, y se necesitaba un guía (el actual curador Andrés Perea) y una diseñadora gráfica (Zagda Correa), ésta que fungió también como secretaria.

“Se les pagaba un estímulo de lo que entrara por taquilla y también de un recaudo de los socios fundadores, todo de los bolsillos” indicó, y resaltó que también desde el inicio ha estado vinculado un contador, y que el propietario del hotel Casa Morales les obsequió un fax.

Un gobierno 'duro'
Pero con el inicio de la era Jorge García, en 2004, vino otra de las penurias vividas por el Museo y sus integrantes. Él -según recordó Bonilla- no quería saber de obras que tuvieran que ver con Jaramillo, razón por la que les negó ayudas.

“Nunca he entendido por qué se mezclan unas cosas con otras. Quienes llegan a asumir cargos en el sector oficial, que son de un grupo político diferente a quien suceden, miran eso y no el resto. El museo no tenía nada que ver con ese cambio de gobernador.

“No recibimos nada ese año, pero el entonces alcalde Rubén Darío Rodríguez nos apoyó con unos talleres para niños de colegios, con la Secretaría de Educación, en 2004 y 2005”, explicó, a la vez que reconoció la cercanía con el Ministerio de Cultura.

“Ha estado muy pendiente del Museo, especialmente María Consuelo Araújo”, aseguró, y aclaró que para ejecutar las obras pendientes recibieron 110 millones de pesos de la entidad nacional; las obras se llevaron a cabo de febrero a junio de 2005.

Y seguían llegando aportes de la cartera nacional; esta vez, representados en sonido para proyección audiovisual, otra prioridad del MAT, ayuda que se constituyó en punto de partida para crear el Departamento de Investigación y Desarrollo Audiovisual, Dida, en diciembre de ese año.

“Terminamos el Museo, pero seguimos cortos de dinero. En 2005 se empezó a hacer convenios con la Cámara de Comercio, que nos dio apoyos para comprar una cámara fotográfica y una de video, además de un escáner y un proyector de acetatos.

“En 2006 se hizo un convenio con la Cámara para pintar la zona inferior del viaducto del Sena y con las universidades CUN, de Ibagué y del Tolima se empezó a buscar pasantías para estudiantes de Diseño Gráfico y Comunicación Social - Periodismo”, mencionó.

También se ha sostenido esta vinculación de egresados con las universidades de Ibagué y del Tolima, para reforzar las comunicaciones con boletines informativos como el OteArte, que lleva cinco años de creado, y el programa radial Abstracto.

Queda esperanza
“Desde cuando se abrió el Museo hasta la fecha, nunca hemos tenido destinado en los presupuestos un rubro por la Gobernación. Seguimos con el sufrimiento de los servicios públicos, el pago de la gente, parafiscales y salud, y todo eso tiene gastos”, aseveró.

Pero a pesar de que la institución está ahora a flote, existen dificultades serias como el pago a los artistas extranjeros que participaron del Simposio Internacional de Escultura e instalaron sus obras sobre el corredor cultural de la calle 10.

“Ellos no cobraron por sus obras, pero el material de cada obra cuesta y el escultor Gustavo Vélez prestó dinero para los tiquetes de los escultores coreanos y comprar el material de la obra. Se debe 30 millones de pesos desde 2010, y no hemos recibido ese dinero”, acotó.

Finalmente, María Márgareth instó a que “los sectores oficial y privado, académicos, rectores de colegio, educadores y artistas plásticos conozcan al MAT, porque hemos estado con las puertas abiertas de manera ininterrumpida”.

“Los que todavía no han venido traten de hacerlo; que las nuevas administraciones se den cuenta de la riqueza que tenemos y el orgullo que es para los tolimenses, y lo que se ha podido hacer por la cultura de Ibagué, el Tolima, el país y la proyección internacional”, puntualizó.

Credito
HERNÁN CAMILO YEPES VÁSQUEZ

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