Ambalema, monumento nacional y patrimonio cultural colombiano

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
En septiembre el Ministerio de Cultura celebra el mes del Patrimonio, por ello urge un llamado a las autoridades regionales para no lamentar una tragedia histórica en este municipio 'de las mil y una columnas'.

El 2 de abril de 1980, mediante Decreto 776, expedido por el Consejo de Monumentos Nacionales y de conformidad con lo previsto en el artículo 6º, de la Ley 163 de 1959, se declaró Monumento Nacional al Centro Histórico de Ambalema, Tolima; este acontecimiento, para el saber y sentir de identidad cultural del Tolima y el significado que tiene la declaratoria, en su momento debió mover los sentimientos de los tolimenses al tener en su territorio una de las joyas del patrimonio cultural colombiano.

Fueron muchas las razones y motivos que justificaban la declaratoria de Monumento Nacional de una población emplazada a orillas del río Magdalena, en el norte del Tolima, por el amplio valor histórico y cultural. La producción, industrialización y acopio del tabaco, en la época de la Colonia y la República, con la presencia de emprendedores antioqueños Montoya y Sáenz, que integraron una compañía para la siembra y exportación del tabaco. 

El desarrollo de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granda en su territorio y la presencia de José Celestino Mutis, quien recolectó importantes muestras de quina, corteza muy apreciada no solo por su importancia medicinal, sino por su valor comercial. La presencia de José Antonio Galán, mártir de la Revolución Comunera quien fijó en Ambalema el centro de operaciones para expandir la rebelión a La Mesa, Ibagué, Purificación,  Tocaima y Coyaima.

Ambalema, por el florecimiento comercial y puerto estratégico sobre el río Magdalena e importancia regional, ha sido cuna de destacados personalidades de la vida nacional, como Ricardo Gaitán Obeso, nacido en 1851, mártir de la causa republicana y fundador de la sociedad secreta de tipo masónico liberal llamada ‘La culebra’ y personajes legendarios como el mago Lember, el Mejor Mago del Mundo, quien vivió y formó una familia que aún reside en Ambalema. Un hecho muy importante en tiempos recientes fue el paso del ferrocarril, como precursor de la modernidad. En 1921 comienzan los trabajos del ferrocarril en Ambalema y 10 años más tarde los rieles empalman con Buenos Aires, Ibagué, de los que aún permanecen vestigios como testigos silenciosos del ocaso de este bello municipio.

Como resultado del acontecer histórico, se consolida un poblado de características arquitectónicas y urbanas de amplias calles, arquitectura vernácula, muy local, caracterizada por portales o andenes bajo cubierta, inicialmente en palma y posteriormente en teja de arcilla, soportadas por un seriado de estantillos o columnas de madera rolliza sin complicados procesos técnicos o de transformación de la madera, conformando un bello conjunto de elementos arquitectectonícos y urbanos que no guardan una estrecha relación con la arquitectura colonial y republicana o corrientes estilísticas europeas de la época. Estas particularidades históricas proporcionan los méritos necesarios para la declaratoria del Centro Histórico como Monumento Nacional y patrimonio cultural colombiano. La declaratoria trajo consigo compromisos y responsabilidades sociales del Estado, los habitantes en la preservación, conservación y recuperación de los valores materiales e inmateriales para proteger la identidad, el legado cultural y la memoria colectiva.

En el 1998, con el acuerdo 015, del Municipio de Ambalema, se aprueba la Reglamentación del Centro Histórico y su Área de Influencia; para establecer pautas orientadoras y procedimientos de control de todas las intervenciones en el Centro Histórico, así como promover la recuperación de los valores y cualidades urbanas, arquitectónicas, documentales, paisajísticas y ambientales; responsabilizando a la Administración municipal y la oficina de Planeación, del control y aplicación del reglamento y las sanciones a que hubiese lugar en caso de contravenciones  a la normativa urbana del Centro Histórico.

En el artículo 13 del Reglamento, determina la creación de la Junta de Patrimonio de Ambalema, actuando como Comité Técnico del Consejo de Monumentos Nacionales, conformado por el Alcalde municipal o su delegado, el Jefe de la Oficina de Planeación Municipal, un delgado de organizaciones cívicas, relacionadas con la preservación del patrimonio histórico y un representante de los barrios que conforman el Centro Histórico. Este compromiso está pendiente de cumplir, ya que en la actualidad el reglamento no se aplica adecuadamente y, además, es desconocido por la comunidad para el cumplimiento de la normatividad.

Para efectos de entender e interiorizar y llamar la atención a las autoridades gubernamentales y los habitantes del Centro Histórico, se requiere recuperar la identidad del patrimonio urbano, arquitectónico y cultural de Ambalema para la región y el municipio, ya que los tolimenses, y en particular los ambalemunos, están sobre un filón de oro y aún no lo saben, esto constituye una oportunidad de desarrollo económico para sus habitantes mediante la promoción y desarrollo del turismo cultural. Para el logro de estos propósitos, por ley, es deber de los órganos gubernamentales y propietarios del Centro Histórico, velar por la buena conservación de los inmuebles y por el estricto cumplimiento de las normas expedidas en el reglamento, en ningún caso se podrá alterar los elementos originales del inmueble, paramentos, crujías, acabados de fachadas y culatas, estantillería o columnas, construcción de estructuras y niveles superiores en concreto reforzado que alteren los valores arquitectónicos, constructivos y paisajísticos, ni la creación de nuevas vías que alteren la trama urbana existente.

Como en todas las ciudades colombianas con valor o sin valor histórico el uso del espacio público es indiscriminado y el área urbana de Ambalema no es la excepción; la regulación requiere devolver de manera concertada al Centro Histórico las condiciones originales, controlando la ocupación del espacio público para reparaciones de vehículos, talleres de ornamentación, ventas estacionarias o ambulantes en el espacio público. Las redes de energía, teléfono, cableado de datos y televisión, deben instalarse en el subsuelo y es responsabilidad de las empresas prestadoras de servicios adecuar las redes para que no causen contaminación visual o afecten los aleros, causen riesgos de incendio, porque sería fatal para la permanencia del Centro Histórico.

Una mala señalización produce contaminación visual y pérdida de las intenciones comerciales; estos avisos comerciales no deben instalarse colgados de aleros, adosados a las columnas, ni adheridos o pintados sobre las paredes o pisos. La señalización debe ser aprobada por la Junta de Patrimonio y su adecuación será contratada por la Alcaldía municipal.

La Administración local, a luz del reglamento, está facultada para expedir decretos de alivio tributario, suprimir o rebajar derechos de licencias de restauración cuando los propietarios ejecuten intervenciones de conservación monumental, previa recomendación de la Junta de Patrimonio; los propietarios quedan exoneradas del impuesto Predial cuyas edificaciones sean intervenidas, caso contrario el descuido continuado y el abandono de edificaciones declaradas de conservación monumental pueden comprometer su estabilidad y declararse la extinción de dominio, también es motivo de sanción la destrucción o demolición por infringir la normatividad.

El bajo estado de conservación y el alto riesgo de desaparecer el Centro Histórico puede causar una revocatoria de la declaratoria por el Ministerio de Cultura y Monumentos Nacionales, como producto del descuido y ausencia de compromiso por parte de las autoridades gubernamentales municipales y sus habitantes, quienes durante 33 largos años han brillado por su ausencia frente al compromiso social con el patrimonio cultural del Tolima y en el caso particular de Ambalema; en esta dirección se requiere de una cruzada de solidaridad y compromiso de los tolimenses para ejecutar acciones para la recuperación del Centro Histórico y gestionar ante los organismos Gubernamentales y el Ministerio de Cultura, en particular una declaratoria de emergencia del estado crítico del patrimonio arquitectónico y urbano de Ambalema y demandar con urgencia recursos de inversión para evitar una pérdida catastrófica e imperdonable para todos los ciudadanos que habitamos este territorio.

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