Primero había que encontrar el lugar para el rodaje. Simón Mesa Soto, con milimetría y determinación, lo tenía claro en su cabeza. Era cuestión de recorrer calle a calle los barrios de Medellín.

Que no fuera tan urbano, mejor en zona alta, que dejara ver el paisaje de montaña, que reflejara una historia de aquí, pero que ocurre en otras partes del mundo, pedía el director, hoy primer colombiano en ganar la Palma de Oro en Cannes, con ‘Leidi’.

Lina Tangarife, productora de campo, fue una de las encargadas de rastrear las calles hasta llegar a El Picacho, un barrio en el que tuvieron la certeza de haber encontrado lo que necesitaban.

Todo tenía que calzar a la perfección. Entrevistaron a muchas chicas para encontrar a Leidi, la protagonista, y a todo el elenco. Querían actores naturales.

Así encontraron a Alejandra Montoya, de 17 años, madre de Tomás, de 18 meses. Y su vida parecía encajar con la historia que Simón escribió y en la que quería “condensar muchas cosas de mi país”, dijo en la rueda de prensa, en Cannes. Una historia “intimista”, afirma Lina.

Leidi vive con su mamá y su bebé. Una mañana soleada sale a comprar unos plátanos. Un vecino le dice que vio a su novio, Alexis, con otra muchacha. Leidi no volverá a la casa hasta no encontrarlo.

“Simón, tal vez, no habla mucho; es más como escuchando y mirando el mundo para expresarlo por medio de una película”, dice Gilberto Restrepo, quien hizo el tras escenas del corto.

Describe los días de rodaje como fluidos y a Simón como un director con mucho rigor. “Sin ser hermético o cerrado, deja que el otro le aporte con su opinión”. Una combinación de sentido común e intuición.

De saber hacer. Y de haberlo sabido desde siempre.