‘El asunto’ está en la identidad

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Son 13 nuevas canciones en las que se narran sentimientos que se desprenden de las actividades del diario vivir del campesino.

“La música es la identidad, uno no debe pagarle a nadie para que diga que la música de uno es bonita. Ahora están inventando eso de las redes, del Internet y esas cosas, y como se oye tanto nuestra música, ustedes los medios lo tienen que llamar a uno. El rock se difundió así. Yo soy jurásica en eso, me tiene que ayudar mi secretaria”, así defiende su labor Totó La Momposina.

Ahora presenta ‘El Asunto’, que por primera vez se edita bajo el sello Sony Music, con historias que anuncian una tormenta, cantos del acervo popular del Caribe colombiano, la fortaleza y fe del pescador, semejanzas entre aves y humanos y la música de banda (El porro es el rey).

Pero también habla del paso de las hormigas, la muerte de un caimán, el llamado a la fiesta y la cita con el merengue, el son y la puya.

Y sus nietos, ¿qué?

Después de estudiar en el conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia y de efectuar varias giras internacionales, en 1982 Totó acompañó a Gabriel García Márquez a recibir el Premio Nobel de Literatura en Estocolmo, Suecia.

Sobre aquel momento recordó: “Nobeles no se ganan todos los días, solo una vez en la vida. Queda en el pensamiento, en el corazón y en el alma. Además, fuimos escogidos por el mismo Gabo. Fue un honor. Estuvimos en muchas universidades; adonde él iba, íbamos nosotros. Pero, por más camadería que nos permitiera, uno tiene que ser respetuoso, porque él en ese momento estaba en el jet set”.

Gabo estaba en el jet set

Ella fue bautizada Sonia Bazanta Vides. Pero “¿Quién me dice Sonia? ¡Nadie! El papá de mis hijos”, dice y suelta una carcajada.

Cuenta orgullosa: “Tengo tres hijos y nueve nietos y los nueve salieron artistas. Mi nieta de 24 años toca el piano, es mezzosoprano, hace muy buenos coros y está estudiando historia de las culturas latinoamericanas. Está en Europa, pero sé que volverá a Colombia a enseñar lo aprendido”.

Entre cantadoras

Para Totó, compartir tarima con Petrona Martínez y La Negra Grande fue “un reconocimiento ante la juventud. Los jóvenes ya entienden que no pueden ser irreverentes todo el tiempo, saben cómo es el asunto, que si no existiera la música tradicional, no existiría la popular. Si no existiera la popular, no habría propuestas musicales”.

¿Por qué no fue bolerista o salsera?

Siempre que le preguntan cómo inició en la música, ella explica: “La música siempre está ahí. Cuando uno tiene claras sus raíces, tiene la alternativa de escoger lo que quiera hacer, ya sea cantar boleros o salsa. Me dediqué a lo que me tenía que dedicar en la vida, recibí una información que ha pasado de generación en generación. Mis nietos también cantan bullerengues, otros tocan lo que yo les enseñé. Pero seguramente ellos, con el tiempo, van a encontrar su camino haciendo lo que tienen que hacer y lo que les gusta”.

Y vino el Grammy

El año pasado fue reconocida con el Premio a la Excelencia Musical de los Grammy Latinos. “Yo pregunté por qué me nominaban, porque se cree que esos premios se compran, pero me dijeron: ‘No, Totó, esto no es comprado, no es por referencias ni por recomendaciones, sino por tu carrera, por la manera como haces música’. Siempre fui independiente. Realmente es un premio a la música y a la manera de mostrarla y a lo que ha pasado a su alrededor. Por eso lo recibí con beneplácito”.

Ayudante de cirugía

“No siempre dije que quería ser músico. Una vez dije que quería ser ayudante de cirugía, anestesióloga... Porque antes si tú no eras ingeniero, médico, abogado, cura o monja, no podías vivir bien. Pero cuando uno tiene informaciones de otra índole, en mi caso musicales, uno se dedica a lo que le gusta”, dice La Momposina.

Cantó en el metro

La vida en Europa no fue fácil, confiesa. “Canté en la calle, en los mercados, en el metro, los pequeños y grandes restaurantes, en todo el Mediterráneo, en los mercados de las pulgas, en los pueblos pequeños en el sur, en el norte, en el centro de Francia, en Alemania, en las universidades.

“Pero no lo hice pensando en el éxito. Fue una manifestación libre. Eso sí, nadie me puede quitar que abrí la puerta para los demás”.

¿Se vive solo de la música?

Totó confiesa que en Colombia no se puede vivir solo de música. Y que su papá, Virgilio Bazanta, tuvo una fábrica de calzado.

“Era modelista. Mi abuelo, Virgilio Bazanta, también era músico y zapatero. Cuando tú tienes dos artes que se mezclan, puedes disfrutar de ambos”, dice Totó. Pero lo suyo era la música.

“En primaria me hablaban mucho de Europa. Nunca pensé en los EE.UU., sino en que tenía que ir a Europa y cuando se dio la oportunidad, por ese espíritu guerrero ancestral que uno tiene, me aventuré”.

Credito
COLPRENSA

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