“Las entradas en el MAT se vuelven plata de bolsillo” Benhur Sánchez

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Espera el destacado escritor, artista plástico y gestor cultural huilense que la empresa privada también se involucre en el apoyo económico al arte tolimense en todas sus manifestaciones.

Se puede decir que es un año de contrastes el que ha vivido el escritor, artista plástico y gestor cultural huilense -radicado en Ibagué- Benhur Sánchez Suárez.

Cierra 2014 con una exposición conjunta en la Sala Darío Jiménez, de la Universidad del Tolima, aunque también con la reflexión constante acerca del apoyo que recibe el arte en esta región.

Lo anterior, en función del primer año que cumple como presidente de la Junta Directiva del Museo de Arte del Tolima, labor para la que fue designado en virtud de tres propuestas que presentó, pero cuyo principal límite ha sido la falta de recursos.

END: ¿En qué consiste la nueva exposición colectiva, ‘Expresiones’?

BENHUR SÁNCHEZ SUÁREZ: Estuve en la indagación de los insectos, algo que me pareció muy interesante. Alguien me dijo: ‘Yo odio los insectos, pero los que pintas sí los quiero’.

Esto es lo más reciente de mi producción, que es muy lenta aunque también me gusta explorar temas. Por eso cada vez que presento algo nuevo es un tema diferente.

Trato de indagar, investigar, cambiar y retarme a mí mismo, por eso ahora me metí con los insectos. Antes estuve antes con los ocobos, la ciudad, las ventanas y la supervivencia.

Las exposiciones son necesarias, pues son la confrontación del artista con el público. Pinto con mucho placer, porque me gusta pintar.

No hago montones de cuadros, pero en este caso presenté cinco nuevos y cinco de una etapa anterior.

END: ¿Cómo es, en su caso, esa mística sobre el precio de una obra?

BSS: Hay unas fórmulas, pero eso lo pone el mercado; generalmente adopté el método de lo laboral, es decir calcular cuánto se necesita para vivir al mes: si hago un cuadro al mes, eso lo cuento.

Los precios son negociables, de hecho los materiales no son muy costosos. El tiempo de trabajo es lo que vale, es un método no muy ortodoxo, pero ningún pintor sabe cobrar a menos que sea muy negociante.

El mercado nuestro es muy pobre y los coleccionistas son ocultos, nadie sabe quiénes son y en general nadie quiere comprar arte: muchos quieren ir a reproducciones en las marqueterías, no se valora mucho el arte.

END: ¿Es algo parecido a lo que ocurre en el Museo de Arte del Tolima?

BSS: Cuando llegué esbocé tres puntos fundamentales: si es un museo del Tolima, que esté el arte del Tolima: que haya una colección permanente, pero no existe.

Tenemos que ponernos a una tarea que representa años, que es de recopilar y de concientizar a la gente que ceda por un tiempo, en comodato, las obras.

El otro fue organizar un evento internacional de artes plásticas: lo tuve en la palma de la mano para hacerlo, pero necesitaba un equipo de personas para trabajar, porque solo no puedo. Fue por la falta de recursos: es que no se puede estar pendiente de que sí llegó o no la plata, eso es complicado.

El otro era la ampliación: queríamos hacer otro piso en la parte administrativa para otra sala, donde funcione la sala permanente, pero en el momento es muy remoto.

END: ¿Entonces en definitiva la falta de recursos es el principal obstáculo?

BSS: Sí.

END: ¿Cómo ha sido su experiencia en este primer año en la Junta Directiva?

BSS: Muy duro. Hay un problema y siempre lo he dicho: la gente me dice “usted hizo una gestión buenísima en la Biblioteca (Darío Echandía, de la que fue director)”; claro, si yo no lo hacía era una ‘bestia’, pues tenía los recursos para hacerlo

Salí de ahí y me han ofrecido que organizara una cosa y otra, y les dije ‘sí, pero hay que aprender a pedir y yo no sirvo para eso’.

END: ¿Se refiere a pedir a entidades que por derecho propio deben aportar para la cultura?

BSS: Sí. Es que casi nada ha aportado la empresa privada, casi siempre han sido la parte gubernamental, el municipio y el departamento, que por derecho propio tienen que hacerlo.

Lo que pasa es que las administraciones no tienen políticas culturales, sino que manejan cosas de contingencia, es decir que el nuevo director llega y le gusta algo lo apoyan y uno tiene que ir a rogar para que dé.

Si hubiera una política cultural, como la tiene el Banco, eso no ocurriría y siempre habría una actividad permanente. La empresa privada es muy cerrada.

Y hay demoras por contingencias, por ejemplo este año por cuenta de Ley de Garantías, o también por negligencia. Creen que demuestran poder al retener las cosas. Me parece absurdo. Siempre es así, en todas partes.

En este momento estaban aprobados los recursos, pero no los dan completos porque faltan cosas o no hay plata, yo no entiendo esto.

Uno tampoco puede estar llamando a toda hora al Alcalde a pedir un aporte. Si existiera cierta sensibilidad, permitiría saber qué hay que apoyar y qué hay que dar, pero todo es una rogadera.

END: ¿Cómo se han acercado al ente privado?

BSS: La Cámara de Comercio de Ibagué antes estaba cerrada, pero ahora Silverio (Gómez) sí es sensible a eso. Es más, le dije que quería que organizáramos un certamen internacional; no que la Cámara diera todo, pero sí que tuviera contactos para que los afiliados nos apoyen.

La Cámara de Comercio de Bogotá, por ejemplo, apoya ArtBo, entonces por qué aquí no hacemos eso.

Por eso digo que las entradas en el MAT se vuelven plata de bolsillo, como para comprar bombillas; entonces es muy complicado así.

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