Con los errores de sus periodistas hicieron un libro

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La original idea partió del pensamiento de que admitir errores es fundamental a la hora de exigir a los demás un comportamiento ético.

Reconocer que nos equivocamos es un paso muy difícil para el ser humano. Más en una labor como el periodismo, que exige un manejo responsable de la información que en ocasiones toca intereses de todo tipo: públicos, personales, políticos, empresariales, entre otros.

El diario El País de España quiso ir más allá de tener una sección con sus fe de erratas, y presentó a principios de este mes un libro editado por el periodista Alex Grijelmo, en el que recopiló los 30 peores errores que, según sus periodistas, han cometido en los últimos años.

¿Qué los llevó a publicar este libro?

“No se trata tanto de errores famosos como de fallos que a cada uno le duelen desde hace tiempo, y que, si pudiera, borraría del archivo del periódico. Algunos de esos errores incluso eran desconocidos para todos (excepto para su propio autor, claro; y a veces excepto para las víctimas).

“El objetivo consistía en mostrar a los lectores, y especialmente a los alumnos de Periodismo, que cometemos errores como todos y que reconocerlos forma parte de la cultura del periódico.

“Los estudiantes pueden aprender mucho de nuestros fallos. No sé si somos el diario que más se equivoca, pero estoy seguro de que El País fue siempre el que más errores admitió. Para mí, eso es fundamental a la hora de exigir a los demás un comportamiento ético, tanto en la política como en la economía, en la gestión de empresas o en cualquier otra actividad”.

¿Cómo escogieron los errores? ¿Cuál fue el criterio para hacerlo?

“Pedí a varias decenas de periodistas que participaran en el libro, y finalmente lo hicieron 30. Pregunté a todos precisamente eso: ¿Qué texto firmado por ti te gustaría borrar del archivo del periódico? Algunos no encontraron en su propia historia nada digno de mención, o de explicación un tanto extensa; otros prefirieron no salir a la palestra, seguramente por inseguridad (eso pasó más entre periodistas jóvenes); y un tercer grupo no entregó a tiempo su original”.

Otros aspectos

¿Cómo hacer que esto no parezca imposición de algún director y sí transparencia?

“La demostración de que no hubo imposición alguna es que sólo colaboró una parte de los periodistas convocados. Y, para dejar margen de confidencialidad, no lo pedí a todos.

“Sobre el ejercicio habitual, el autor del error debe ser el primero en reconocerlo. Y si quien se equivocó no quiere admitirlo, el director tiene toda la autoridad para hacerlo por él. Siempre que se trate, claro, de errores demostrables”.

¿Cree que admitir los errores sana el posible daño causado con una información errada?

“De ninguna manera. Reconocerlo puede que compense al perjudicado. Pero una cosa es compensar y otra, reparar. Se puede compensar con una indemnización o con la divulgación del fallo cometido, pero no se podrá nunca reparar su fama al cien por cien, y tampoco el disgusto que se llevara”.

Credito
EL COLOMBIANO

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